sábado, agosto 15, 2009

EL POSMODERNISMO LLAMA AL SENTIDO COMUN: "LA LIBERTAD DE ELEGIR"

EL POSMODERNISMO LLAMA AL SENTIDO COMUN: "LA LIBERTAD DE ELEGIR"

ALGUNOS ESTRACTOS:

“Pero hay un mundo cuyas propiedades no son construcciones sociales, vedadas por las elites científicas. Estos son los misteriosos símbolos de las ciencias duras. Curiosamente y la ironía de todo esto, es que la concepción relativista del conocimiento científico, (usada por la vanguardia, la demagogia progresista y la seudo ciencia posmoderna) para la cual la realidad es una construcción social dependiente de los grupos de poder, da más “posibilidades” y esperanza a las masas de ser revertida, que asumir que existen soportes reales que sostienen esta “matrix vedada” . El "aparato raro" configurado por estos símbolos "duros", se maneja con hilos invisibles, desde poderes fácticos y confabulaciones que ni siquiera podemos imaginar. Entrar en este escenario y aceptar esto como hecho existencial (que sí es de una verdadera humildad), implica ser catalogado de loco paranoico. Yo lo vi de cerca con Miguel Serrano o Enrique Symms.”

“Por lo anterior, el tema de fondo que comparto con Sokal es: “La epistemología del siglo XX separó a la ciencia de la realidad cotidiana y que esto, a la larga, condujo a un escepticismo no racional.” Tal como Manuel Delanda, su postura puede ser asociada a "una nueva versión del escepticismo radical de Hume". Las causas del relativismo cognitivo en ciencia habría sido que la filosofía de la ciencia se separó del sentido común (hoy el menos común de los sentidos). Sentido común hoy llamado “la libertad de poder elegir”, el gran sofisma del posmodernismo, que moviliza a los arribistas a abandonar sus barrios en busca de mejores “posiciones” en la matriz de la abstracción urbana.”

REMEMBER: YOU ARE NOT YOURSELF (BARBARA KRUGER)
REMEMBER: YOU WILL DIE (MEMENTO MORI)












Siguiendo con la posmodernidad del artículo anterior: "La subjetividad como "él" unico sentido del progreso."


OBSERVO:

El relativismo posmoderno ha tergiversado el concepto más valioso del que creo hay que darse cuenta: el medio es el fin y el fin un simple medio. Ha hecho de la posible noción de un “presente” un estado más de ilusión. El presente en sí es tergiversado como lugar, de ser una horizontalidad de sutil intensidad que se despliega como un nómada por el mundo, es un presente de “equilibrio e inercia vertical” que reacciona a las variaciones inciertas que dan la intensidad otra al sedentario, atrapado en el complejo de autoridad sagrada diría Morris Berman.











Me explico

Cuando nos damos cuenta que lo importante es la vivencia del proceso (vivir) más que el objetivo del proceso (sobrevivir, sobrellevarlo), descubrimos un reencantamiento con el mundo. Esto es que el “medio” para lograr determinados fines se transforma en el fin, donde los fines son simplemente medios, para que nos demos cuenta de lo absurdo del “deber ser”.









Pareciera aquí que distingo entre mis obligaciones o deberes con el tiempo (hacer basado en el acuerdo tácito del condicionamiento social u organización estamental), o quereres y anhelos buscados (sueños y objetivos planificados, movimientos de esfuerzo o placer a determinadas posiciones, logrados y frustrados); donde finalmente existe ese margen entre ambos deberes y quereres llamado el “presente” que quiero para “mi ser – yo – uno mismo”. Este presente “entre”, muy difuso y poco claro, que parece tan íntimo y a la vez tan desconocido, es el tema que me interesa abordar.

La máxima adrenalínica de este modelo, es el tipo absorbido por la maquina, arriba de la pelota, manejándose sobre el flujo, en donde concluye que lo mas valioso es su tiempo (y no su capital), pero a pesar de que busca esa “vivencia” que puede pagar, esta inyectado con la maquina y le es imposible simplemente “estar” en el mundo. Es el anhelo del hedonista que llega a una posición donde el desenfreno o la meditación trascendental pueden ser posibles opciones, pero que trágicamente dan lo mismo a pesar de su abismal contraste. Ni la purificación ni los excesos son el camino a lo que cree “sabiduría”. ¿Pero en realidad qué pretensión es esa?

Para un “yuppy cocainómano” autodenominado “desmoralizado pero optimista”, todo su medio operativo es relativo, y puede realizar así tareas sin prejuicio moral, lo que relaciona a una libertad y ductilidad operativa que llega a creer es una gran ventaja. Ha llegado a la conclusión que en realidad no importan los contenidos de nada, sino la vigencia (el poder por el poder) que le pueden entregar los medios para poder estar en ellos lo mejor posicionado posible. Este es el modelo exitoso que disfruta operando en el medio, y lamentablemente lo hace con éxito, ya que aquel que no cuestiona contenidos de manera critica, sino se obsesiona en simplemente administrar de manera políticamente correcta y eficiente sus estructuras, avanza sin problemas, incluso placenteramente en el fluir del racionalismo formal que acuso hace largo Max Weber.

Por lo tanto estan los que se "creen" el cuento y sirven a él fielmente (la mayoría), estan los que no se lo creen y viven "como" auto-exiliados en un lugar que les incomoda, pero siempre auto-referidos al sistema como outsider`s de la contracultura, y estan finalmente los que manejan esta dualidad de estar pero sin ser sin necesitar "identificarse" o tener posición de SI o NO al sistema. Esta tercera categoría existen dos acepciones: los que se engañan en su comodidad (bobo's) y los que a pesar de su posición acomodada, se dan cuenta de lo insano del medio e intentan "ciertos" cambios... pero en el fondo somos todos cobardes.

Los que se engañan sin embargo hacen de la vigencia sin sentido, estar en escena por estarlo, una especie de estar presente, pero sobre un campo virtual en el cual esta perpetuamente tendiendo a estar “acomodado”… a estar “feliz”. Pero como muchos sospechamos, la felicidad la invento y la destapa la Coca Cola. La comodidad que justifica al burgués laico, ese creer que esta en el mundo sin serlo, esa liviandad jesuita o sufista que hoy no apruebo. Es el estado de paz, dentro de una esfera relativa y en aparente suspenso y excitabilidad, pero contenida y amparada en el absoluto: dios, códigos, etc… donde la ecuación es: tengo deberes pero si los hago bien, tengo ciertos escenarios para hacer lo que quiero. Esa noción de “libertad” suspendida en una relatividad “excitante”, siempre estará amparada por el absoluto y la inercia como partida y llegada.
















Deber ser, permite querer ser, porque en el fondo creo ser. La voluntad y el afecto, están sometidos al plano de una “fe razonable” donde puedo amar y hacer lo que quiero, ya que siempre estaré referido a un infinito (como el que relata E. Trias del Barroco). Un ámbito que permite a la subjetividad tener un espacio tranquilo sin la tragedia del determinismo incierto, con absoluto relativismo y libre albedrío, pero que sin saber va encaminado hacia una teleología. Una teología que parece familiar, cuando es lo más incierto, ya que niega y da continuidad a la única certeza… la muerte, con lo cual se justifica toda ilusión de “pasarla suspendido y calmo”, ya que no hay noción de finitud, de medida que no dilate.

Sin embargo a pesar de lo absurdo de esta vertiente laica que tiende a un mundo nauseabundo de lo “Light”, no son razonables ni pertinentes, las olas de fundamentalismo que reaccionan ingenuamente a este fenómeno pop, ya que en lo personal, no creo se trate de reinstaurar doctrina o códigos, ni menos pretender ser vocero de los “mensajes reveladores” de turno tipo "Eleva Kundalini en 15 minutos" o “Jesús te ama” o Jesús te ama así:












Es un hecho para mí, que la locura mesiánica en todas sus manifestaciones y grados, se gatilla por un rechazo visceral y auténtico a este relativismo, pero la paz no tiene relación con salvar e irrumpir con claridad “divina” (CT1) en la ilusión difusa de las formas relativas (TD) de M. Berman, ya que esa visión unitiva que hace delirar al “vocero elegido” de la “buena nueva”, aunque es una revelación para él real, será seguida o rechazada por otros siempre desde una posición vertical y no horizontal de comunicación (el “maestro-sacerdote” o el “diablo-bestia”). El lenguaje como información, códigos o mensaje fuera de generar distinciones en este caso, no involucran. No crea lazo afectivo pero si instrucción. Wittgenstein dijo que la precisión y rigor del lenguaje no necesariamente mejoran la comunicación.

El postmodernismo ha permitido que las masas se puedan curtir ante estos personajes mesiánicos, para colocarlos en el peor y más triste de los escenarios: la indiferencia por una locura “fuera de lugar” que además no tiene posibilidad de amenaza alguna para el sistema instaurado. Es la liviandad de todo y la posibilidad de ridiculizarlo todo. Son como los “punks” que ya no asustan, sino que dan lástima dijo alguna vez Edgardo Niera.

La horizontalidad que permitía el estar aquí y ahora en un presente sutil e intenso tiene su impostor, su producto en este mundo mediático: es ahora la paz del “what-ever”, de “pasarla” en la gran diversidad, sin ninguna capacidad para valorar la importancia de un presente finito, como escenario del contacto y presencia de otro.

La TV o caja idiota, para ver en “familia” es un ejemplo. El acto de ver televisión (que es finalmente de lo que se habla e incluso discute, ya que decir “que lindo esta el día” es casi un chiste) nos lleva a que la percepción lleve a crear una interpretación en que todo lo que se lee esta dado afuera, sin ningún “algo simbólico adentro”, un “marco” para leer los fenómenos (marco de Wittgenstein). Al destruirse esta capacidad de articulación simbólica interna, se destruye la capacidad de atesorar un sustrato afectivo interno de un otro. La TV y el mundo virtual a diferencia del libro, la música o incluso la lectura de planos de arquitectura, lo que hace es extra-vertir un espacio simbólico interno que propicia el contacto. Toda simulación informática del libro, va a este intento. El acto de leer símbolos en un cierto soporte, ejercita un campo hoy extravertido al mundo virtual, que ni el hacer de la derecha o la educación de la izquierda puede salvar.

En la siguientes dos frases intento dilucidar como el capitalismo de derecha es un proceso mecánico inconciente y la ilustración de izquierda es un intento iluso de llegar a un estado conciente:

  • Debo progresar al futuro real por motivo de mis lazos atávicos imaginarios. Mi culpa o dolor imaginaria me hace operar en un hacer de posibilidades reales. Es la ecuación de la derecha. Agachar el moño y hacer, para amasar un futuro real que me limpie de mi tormenta imaginaria… la culpa.
  • Quiero tener ideas y sueños imaginarios, para sanar mi fatalidad real. Mi fatalidad real me hace idear recursos imaginarios de resiliencia para sublimarlas. Es la ecuación de la izquierda. Tener un norte y sentido ficticio para aliviar el dolor real.





















Por esto creo que la vivencia horizontal esta sedada y casi ni se atisba, por lo que ser testigo para relatarla o sistematizar sus procesos para ver en que situaciones se genera, esta fuera de cualquier posibilidad.

Lo complejo es que la intensidad sutil, que Deleuze denomina superficie suave o M. Berman define como paradoja, se mal entiende como distorsión o accidente del equilibrio vertical, una variación de la onda o frecuencia (nega-entropía) que luego inevitablemente tiende al equilibrio mediocre de la “media” o masa de la entropía. Es una reacción a la variación del cero como fin e inercia en el fondo anhelado. Muy distinta es el cero como punto de partida, semejante al perspectivismo (Nietzsche) desde donde se despliega el cuerpo en el mundo.

La intensidad reactiva, es una intensidad referida a la motivación en busca de una “diferencia” respecto al punto medio o norma del orden o sistema “mayor”, independiente a que sea liberal-diverso o conservador-homogéneo. Esta diferencia es individual o colectiva, en que mis pares de un ámbito “menor”, se me deben parecer como espejos de mi anhelo-imagen, y juntos constituimos una “tribu urbana” o secta de individualidades precisas y exigidas a un patrón común que nos diferencie, para cumplir en relación al medio mayor de metrópolis cosmopolita o aldea global al cual nos hemos decidido referirnos. Son las conocidas “minorías”, que desde las más estereotipadas a las más bizarras, comparten una identidad que reacciona a la alteridad de caos inerte, masivo y plano de la vastedad y complejidad impersonal de la urbe. Edward Hall distingue esto como fenómeno intergrupal. Entre pares exijo un reconocimiento.

Por lo contrario si se habita en un pueblo recluido y aislado en donde se genera el “efecto burbuja”, el estar con cualquiera hace del acto algo especial y afectivo, Hall llama a esto fenómeno intragrupal. El urbanista Paul Virilio ha demostrado que mientras mas grande sea una ciudad, la atomización de los individuos construye el primer tipo de lazos. Para que hablar de la sofisticación y frivolidad de las grandes urbes en relación a la simpleza y calidez del campo.

En cualquier caso, ese contacto genuinamente horizontal se pierde, la esfera gestáltica del ente complejo, sofisticado y frívolo, la excluye, ya que ve en la horizontalidad un equilibrio neutro, chato y plano y no una intensidad sutil.

Por lo tanto lo que se entiende como “horizontalidad”, son vidas en tediosos paralelos de remansos para la evasión y elucubración de la fantasía, al menos que implique un salto de estrato, en donde otro horizontal, sólo se ve para arriba (admiración) o abajo (desprecio) ya que los vínculos (si así se puede llamar) son de utilitarismo y competencias de paralelos horizontales ante la vertical.

Es lo que se conoce por avanzar o evolucionar, es la lectura de la vida como una sobre vivencia sin anclaje a un lugar, un “footloose”. La creatividad que propicia este escenario se lee como una que fluye, en cambio la que se cuestiona esta operativa es una que incomoda. Tomando el ejemplo de Estados Unidos, desde un L.A. Light (ciudad extensa) a un N.Y. complejo (ciudad nuclear), todo tiene relación a la articulación con los medios y no la vivencia: I am Bob, I am my job.

El presente en este escenario es obviamente el bien ponderado. “equilibrio”, que da placer, un sentido de orgullo y paz. El presente no es intensidad y visión de otro, sino ser capaz de ponderar a otro en base a categorías y juicios de los valores en curso, depositados en formas de emoción (querer ser) y voluntad (deber ser) pero condicionados siempre a ese pensar (creer ser). CREER SER ES UN VIRUS.









El creer ser uno mismo, que pareciera ser lo más personal e íntimo, es lo que nos distancia justamente de estar en el mundo. Es la brecha de Lacan, la falla básica mencionada por Berman que he reiterado en artículos pasados. La interesante de este concepto no es la brecha en sí, el discontinuo, abismo, vacío o separación, si hubiera alguna manera de visualizarlo. Lo interesante es como “sobre y bajo esto” se construye (en abstracto) un “supuesto” “continuo” que es esta identidad del “uno mismo”. Invertido el "uno mismo", de ser ese "entre" una puerta o ventana al "abismo" o el "vacío", ese "entre" es un puente que conecta el tiempo y salva del vacío, como el plano entre los dos conos, condicionado a dar la continuidad, a ser un puente... ¿para que pase que? Es como la analogía entre un camino de tierra lleno de porosidades y una super carretera, lisa para la velocidad pero que no respira ni acusa nada, es como el "brillo" obsesivo que necesita el burgues, para no contagiarse de nada por los poros.












Existe un relato de Serrano muy potente, en que plantea que Rudolf Hess fue mantenido vivo, porque se intento entrar al plano astral por medio de él.

Esta idea del “uno mismo”, que nos parece tan familiar, pero nadie entiende, sospecho tiene relación a una "posición que se mueve" (incertidumbre de Heisenberg perpetua entre dos variables irreconciliables) en una estructura vertical de paralelos horizontales de ascendencia y descendencia. Salirse de esta dinámica estática, justamente tiene relación a las matemáticas mismas, como dice De Landa hizo Deleuze. Por medio de las mismas estructuras entendemos procesos y no las cosas que ellas puedan contener (discursos, palabras, bla bla bla…) Que se enseñe de mala manera las matemáticas, para que veamos en ellas una cosa “instrumental” y fome, es parte del mismo complot. Borchers dice que la Ética de Spinoza, es un tratado geométrico. Spinoza es conciderado el príncipe de los filósofos por su autonomía. Max Scheller como geómetra, plantea una diferencia entre la extensión geométrica y la sensible. Wittgenstein abandona el Tractatus. Pero sostengo que se debe Extrapolar sin Callar.

Esta idea del uno mismo, altera la percepción de todo, y crea las paradojas del lenguaje, como esta de Ernesto Sábato quien dijo que no hay peor tirano que radical en el poder. El creerse uno mismo esta absolutamente sujeto a la circunstancia de Sarte o Camus. La libertad es un yugo.

PLANTEO:

Una pequeña pauta de 4 etapas, para entender el proceso del mundo moderno y posmoderno, dos etapas imaginarias y dos reales.

1. “La culpa imaginaria” ante un demonio colectivo (o Dios castigador), lleva a las elites culposas y culpabilizadas por la iglesia, a ser amos sádicos que se desquitan con sus pueblos. Feudos del señor y sus artesanos desinformados y abusados. El éxodo es un escaparse de un fantasma imaginario, sin que nunca exista un lugar y siempre exista una tierra prometida, ya que además de temerle a la muerte, odian la vida.

2. “La fatalidad real” como la consecuencia de un daño histórico, la tormenta imaginaria de una elite culpabilizada por el delirio del complejo de autoridad sagrada, crea la dependencia masoquista con un vasallo que ama y odia a su torturador. La sumisión a curas (negros en mapuche) y bestias, la “primae noctis” de la Genealogía de Moral, en que el sacerdote soberbio pretende instruir al siervo en el desapego. El morbo de una cúpula destruye el alma real de su pueblo, la nobleza de un rey, si existió alguna vez un liderazgo de ese tipo, es ahora un monstruo de poder, sádico y despiadado, que paradójicamente se nos presente como vocero de las puertas a la salvación.

La fatalidad real subleva a los márgenes al evidenciarse el absurdo, surgen movimientos reaccionarios al abuso, en donde sucesos (materialismo) históricos dan consistencia a manifiestos de hermandades, gremios, pandillas, cuatreros, tribus urbanas, nómadas reaccionarios ante las cúpulas sedentarias, verdaderos paralelos a la institucionalidad de turno, con murallas y fronteras claras, los verdaderos “outsider’s” existieron en un far-west, en la tierra de nadie. No es todavía un escaparse imaginario sino aun una fatalidad real “discontinua” cuando conquistados y abusados, pero en goce lárico de sociedad horizontal cuando no esta sometida. Ese intervalo ya no existe.

Esta revolución de pequeñas colectividades “al margen de” paulatinamente mutan de un salirse real a una evasión mental de individualidades acomodadas pero esperanzadas en una jubilación y muerte “tranquila”, que les genera júbilo. Este proceso a diferencia del anterior, es continuo hasta la muerte, por ende la noción real de goce no existe como discontinuo real hoy. La esperanza imaginaria anticipa la fatalidad real ya que le da la continuidad que le mata toda posibilidad de goce discontinuo.

  • ¿Cómo se transforma esta “fatalidad real” en “esperanza imaginaria”? (Dos izquierdas).
  • Tal como la “culpa imaginaria” se transforma en “progreso real”. (Dos derechas).

LOS MUNDOS INVERTIDOS POR LA “DUALIDAD-DUAL”.

Los sacerdotes del poder fáctico, atormentados en delirio de persecución, van perdiendo el poder sobre sus súbditos y esclavos, ya que la fatalidad real genera colateralidad que escapa del manejo de “sus marcos” de probabilidad… el accidente o posible imprevisto de las sublevaciones se escapa de las manos y es tremendamente caro. (el cristianismo se instaura en Roma porque un rito de pan y vino es bastante mas económico que matar mil “borregos”).

3.”El Progreso Real” (modernismo) conocido como revolución industrial, abre la posibilidad de poder para todos, se manifiesta en maquinas, se visualiza en el despliegue de fenómenos que desde centros con-centran y condensan sustancia. Matila Ghyka dice que los constructores de templos, pasaron a ser constructores del orden social. La sociedad es literalmente un sistema, maniobrado por un timonel que leyó sin duda el Timeo de Platón. La vastedad de su escala le permite desplegarse sin ver efectos colaterales, los otros son cifras, el dar la cara no existe, el progreso como un ideal irrumpe en forma de poderío pero invisible su génesis, sus fuentes, sus claves que lo causan. Su caja negra.

¿Cómo concreta un sistema, que se habite con convicciones “profundas” pero que en realidad no se entienda para nada? Con distractores, para buscar respuestas donde no están, construir supuestos que no existen, creer en un uno mismo que nunca ha sido.

La evasión mental (distractor) permite dos operaciones:

  • Dejar que el aparataje funcione sin que se puedan desconfigurar sus programaciones.
  • Hacer soportable su “habitarlo” en que la evación mental evita que tenga que darse un salir real.

Se concluye: Nos convencemos en que habitamos agradados en un algo (orden) que no entendemos, y en donde tenemos que estar complacidos sino se nos genera la culpa. La brecha (culpa) se salva con una sucesión de felicidades. Como dice Zizek, no sólo tenemos que estar aquí sino que además tiene que gustarnos.

El “progreso real” tiene un aliado, el mismo que hizo a las pequeñas colectividades que se ponían “al margen de” mutaran a individuos acomodados en su evasión mental “continua” (infinito antes mencionado, la fantasía que Marcuse acusa Freud intentó instaurar en los burgueses).













La revolución industrial e ilustrada por tanto fueron aliados de un sueño. Un sueño que primero irrumpe con nacionalismos y progresismos (maquinas del modernismo) que prometen a los que se suben a la maquina a liberarse o escapar del abuso, que sin ser menor, era por culpa de la propia ignorancia (allí radica la culpa que además tiene que gustarnos esto). El Poderío real permitió una manera que señor y siervo salieran de los efectos nocivos que la culpa virtual, generaban construyendo la fatalidad real.

La industria sistemáticamente permitió vencer los modelos económicos de la oligarquía artesanal. Pero la idea era que nadie le metiera mano a estas “maquinas industriales” estas “cajas negras”, “know how for the few, suppose how for the many”. La filosofía del “as if” de Vaihinger viene al caso. Aquí entra en escena los distractores. Si la religión la llamaron los ilustrados el “opio de los pueblos”, diría que la ilustración es un opio mas peligroso, ya que purga la fatalidad devocional que justifica la actitud masoquista, por una esperanza imaginaria de una salvación (luz) depositada en cada uno de nosotros, como lobos esteparios con levedad de ser. El uno mismo que creemos ser en un continuo, una prisión sin espacio.

Mientras se plantea que los medios o estructuras sirven como soporte para posicionar nuestros discursos y la formas ilustrados, preferimos no mirarlas e incluso engañarse que no existe un “big brother”, al menos claro que nos quiten las distracciones, el pan y el circo, cada día más económico con los medios disponibles de Internet y lo digital. El mundo digital de hecho, esta generando que la misma publicidad se devora a si misma.

El progreso cree tener un sentido, el esclavo se cree libre, viviendo en un proceso frenético, pero movilizado e inspirado por una burguesía ilustrada que inspira a clase trabajadora a posicionar también sus esperanzas ilustradas. La Idea libertaria es el sentido que moviliza a la industria. Kant hablo del "sentido del progreso". El progreso real “idealizado” por una causa teleológica, permite escapar de la culpa imaginaria del mal rumor, que nos amolda en masocas de una fatalidad que termina siendo realidad asumida con placer. Zizek. La Pos-modernidad es una novedad ligera en permanente renovación que evita las sublevaciones. Nos hace estar en paz con el progreso, hace de su fatalidad y su crudeza, un esperar expectante de buena nueva, ya que nos hace ver “el parecer” de lo moderno y no lo que es.








En paralelo a esta mutación perceptual en el interior del individuo, sistemáticamente se rompe toda pequeña agrupación, sindicatos, barrios, clanes, familias extendidas que resguardaban el “sentido común” a escala, anclados en un lugar. Lo “personalizado” mata el “sentido común” generando problemáticas individuales. El miedo de que muera el alma lárica aquí ya no es común, sólo la esperanza en un mas allá es común, el focalizar masivo en un supuesto futuro de salvación, al cual todo converge. Por lo contrario creo: La sanación es justamente saber que no hay salvación. Por ende la salvación duele y no alivia. Berman claramente dice:

“El problema con la respuesta yóguicas, de ser un "loto en un pozo negro", por así decirlo, es que finalmente lo que se obtiene no es un pozo negro transformado, sino más bien una loto sucio.” And that Sucks! Jajajja.

4. “La Esperanza Imaginaria” (pos modernista) complementa la caja negra para lograr el pacto industrial ilustrado. Si bien Lyotard defiende la paralogía desmontada luego por Sokal, Lyotard esta asumiendo que esta perturbación de la realidad es necesaria para que encajemos y funcionemos como una sociedad con cierta sanidad, mientras la defensa de Sokal de desmontar definitivamente este engaño, me parece un valiente comienzo de otra cosa.

El tema es que ambos tienen razón, ya que las dos lecturas de la física dura y la especulativa siempre han existido, en especial cuando las elites obvian la variable del “sentido común” (o lo que llamo alma lárica de afectos que cohesionan un marco invisible que menciona Wittgenstein y Berman llama paradoja), allí la dureza de la realidad revela especulaciones delirantes (el nazismo para mi fue una descompensación del poderío alemán que abandona su afecto y su calidez). Julio Retamal postula que las altas esferas maya fueron masacradas por este mismo motivo, en el caso de los alemanes, algún astuto les instauró un virus. La vanguardia judía (U.S.A.) sabe muy bien esto y ha usado estas lógicas para culpabilizar a otros pueblos: alemanes, escuela de Panamá, Irak, etc…










Por ende existe una realidad física administrada con precisión por parte de las ciencias duras, pero existe una realidad física de la ciencia posmoderna como construcción social y lingüística: analogías con discontinuidades no lineales que se intercalan en la matriz rigurosa, fundiendo la dualidad sujeto-objeto y aboliendo las jerarquías ontológicas estáticas para instalar un ecologismo hippie.

Es el énfasis en el simbolismo y la representación, los “así como” que nos tranquilizan para “operar” en el mundo. Lo que Sokal critica de la metodología de la ciencia posmoderna, es que sirve a un proyecto político progresista (que yo llamo “esperanza imaginaria”), que como él bien dice permite generar la sensación de trasgresión, rompimiento y ruptura de límites y barreras… democracia radical o hipismo new age.

Sincretismo ecléctico absurdo, autocomplaciente sinsentido con cualquier orientación…. “What-ever”. La subjetividad paralela (posmoderna) a un mundo mecanicista (moderno). La esperanza imaginaria sublima el progreso real, la extensión de un desierto que parece florido, el mundo invertido del que habla Nietzsche es el mejor ejemplo de este doble fenómeno.

Pero hay un mundo cuyas propiedades no son construcciones sociales, vedadas por las elites científicas, son los misteriosos símbolos de las ciencias duras. Curiosamente y la ironía de todo esto, es que la concepción relativista del conocimiento científico (usada por la demagogia y la seudo ciencia posmoderna) para la cual la realidad es una construcción social dependiente de los grupos de poder, da más “posibilidades” y esperanza a las masas de ser revertida, que asumir que los soportes reales que sostienen esta “matrix” se manejan con hilos invisibles, desde poderes fácticos y confabulaciones que ni siquiera podemos imaginar. Entrar en este escenario y aceptar esto como hecho, implica ser catalogado de loco paranoico. Yo lo vi de cerca con Enrique Symms o Miguel Serrano.

Sokal es un reduccionista, nadie puede meter al mismo saco el deconstruccionismo de Derrida que hace del texto una interpretación relativista sin sentido, con el materialismo de Deleuze o el discurso de poder de Foucault. La teoría crítica de Baudrillard y Lyotard ven en el posmodernismo el sentido práctico que Sokal desprecia.

Sokal cree que ordenar frases (formas), no es lo mismo que combinar ideas (funciones). Lo que se cree (para el posmoderno) un proceso de depuración es por lo contrario (para Sokal) una alteración. Estoy de acuerdo y creo tiene directa relación a no asumir la “muerte” y darle vida eterna, se salva un hecho dándole una dudosa continuidad que alivia.









La paradoja es que relativizar el Pi de Euclides o la G de Newton que antiguamente eran consideradas como constantes universales, dan paz en vez de alterar la noción del orden. El observador fatalmente des-centrado, desconectado de cualquier vínculo epistémico con un punto espacio-temporal se siente curiosamente aliviado. ¿Cómo puede ser esto?











Para Sokal los impostores son los franceses "posmodernos", que según él, al hablar de teorías científicas de las que sólo poseen una vaga idea, importar a las ciencias humanas nociones de las ciencias exactas sin justificación empírica, exhibir una erudición superficial para abrumar e impresionar al lector con términos científicos o al manipular frases desprovistas de sentido y entregarse a vacíos juegos de palabras, van fortaleciendo lo que llama el "relativismo cognitivo", que él pretende desenmascarar como una mentira (y luego dice que fue una broma lo que me parece sospechoso). Pero en todo caso su error radica en interpretar a estos autores “literalmente”, sin tener en cuenta el carácter poético, metafórico o analógico de las expresiones, es el análisis del discurso efectuado por un científico, que no puede ver el “sentido común” atesorado a pequeña escala. Esta es para mí, una de las grandes limitaciones de las ciencias duras.

Miguel de Asúa dice: “Sokal y Bricmont defienden la tesis de que uno de los orígenes de los abusos de los términos científicos por los filósofos debería buscarse en las confusiones sobre la relatividad que H. Bergson propagó.” Una de la raíces del abuso de la terminología científica por parte de los filósofos estaría entonces en Bergson. Pero: ¿habría de considerar que B. Russell dejo de leer a Hegel porque tenía errores matemáticos?

Acuerdo con de Asúa que "posmoderno" y "relativismo cognitivo" se "refuerzan mutuamente. "La actitud desenvuelta respecto del discurso científico" y el relativismo cognitivo son dos ingredientes del complejo retórico-conceptual-institucional propio de las universidades norteamericanas, que según cree Sokal, fueron influenciadas por los impostores franceses. Lo que asocia también al problema del por qué la izquierda se volvió irracionalista. ¿Porqué? Por abandonar el sentido común, el ancla somática que no tiene que ver con sedentarismo y reclusión tribal, por lo contrario, tiene relación a como estar realmente junto a otros en el mundo.

Por lo anterior, el tema de fondo que comparto con Sokal es: “La epistemología del siglo XX separó a la ciencia de la realidad cotidiana y que esto, a la larga, condujo a un escepticismo no racional.” Tal como Manuel Delanda, su postura puede ser asociada a "una nueva versión del escepticismo radical de Hume". Las causas del relativismo cognitivo en ciencia habría sido que la filosofía de la ciencia se separó del sentido común. Sentido común hoy llamado “la libertad de poder elegir”, el gran sofisma del posmodernismo, que moviliza a los arribistas a abandonar sus barrios en busca de mejores “posiciones” en la matriz de la abstracción urbana. La búsqueda incansable del sofisticado caprichoso, que como una niñita mimada con cara de asco, siempre esta incomodo en donde este. Un “footloose” sin la fuerza de anclaje somático, un monono bailarín de ballet, un pequeño burgues en su salsa, tibia, fome y desabrida pero con color.

El Burgués bohemio (conocido como bobo o un tipo de yuppie), conforma parte de una elite sofisticada pero ecológica, donde purga la culpa de su frivolidad en algún tipo de “consideración colectiva”. Un egoísta pretencioso de equidad. Se Caracteriza por su pertenencia funcional al capitalismo (real hacer) pero con valores contraculturales "bohemios" y "hippies" (parecer ser). Si bien la bohemia original hace revuelta contra el materialismo, esta nueva "clase social" pretende fusionar ambas tradiciones, como el socialismo renovado del red-set chilensis. Mezcla el idealismo liberal de los 60 con el egoísmo individualista de los 80.

Lo relevante ( y viene al caso de lo posmoderno) es que este ícono como otros, contribuye a cambiar el foco para calificar las clases sociales, desde su papel en la producción (hacer real - eidos) a su patrón de consumo (forma ideal de ser - ethos). Contribuye a reforzar la ficción de que creemos disfrutar de una vida, por ejemplo bohemia, sin tener las preocupaciones reales de la bohemia que se reduce a una genialidad en miseria. Todo hacer se reduce a hacer plata, pero las distracciones para ese hecho “aplastante” son infinitas. Somos espectadores sobre un escenario, dentro de un reality show, infiltrados en una obra a la cual nos gustaría pertenecer, sin saber donde en realidad pertenecemos. No hay sentido común encarnado a escala, sólo un sentido esnob imaginario.













¿Por qué debe la metodología científica necesariamente asimilarse al "sentido común"?

El pacto industrial-ilustrado materializado en Estados Unidos es entre la cultura anglosajona "del hecho y la información" y la cultura francesa "de la interpretación y del estilo". Los hechos que realmente mueven al mundo son invisibles o CAJAS NEGRAS, y las interpretaciones que dejan tranquilo al mundo son visible o PALOS BLANCOS.

Y por eso, aunque el mundo es en principio inteligible , los discursos herméticos (que distraen con la interpretación) se constituye en fuente de poder, ya que siempre hay alguien que se arroga la exclusividad de su interpretación, la cual es dispensada en función de algún tipo de intercambio de valor. La información es poder y a veces tiene muy buen precio, un especulador de la bolsa de N.Y. lo puede confirmar.

CONCLUSIÓN:

El discurso de las ciencias "duras", técnico y arduo necesita “parámetros” y marcos (reducción) para encausar los fenómenos de manera real. Las ciencias posmodernas en cambio, liberan la fantasía con símbolos y representaciones situados en un “paradigma” imaginario tendiente a un paralelo “unitivo” del delirio mesiánico, así por ejemplo, oculta que la utopía, lejos de ser la nueva armonía, es el anhelo de un rompimiento para instaurar una nueva era por medio de un juicio final. Juicio final que entre paréntesis nunca llega.

Al creer que las ciencias duras (mecanicismo o “progreso real”) son la solución a la “fatalidad real”, que no es más que el sentido común tergiversado por la “culpa imaginaria”, hace del marco simbólico invisible que emerge desde la manifestación del sentido común, un escenario irracional para escapar del mecanicismo insoportable que abandonó al sentido común. Así me explico porqué el relativizar todos los puntos de partida, hace de la “esperanza imaginaria” una situación que alivia. CREER SER ES UN VIRUS Y UNA DROGA.











UN EJEMPLO:


La libertad de elegir esta asociada al sistema en sí, cómo el modelo mismo, que por medio de este nuevo sentido común de la “libertad de elegir”, se justifica a si mismo como libre (libertad del) mercado, que no tiene que ver con mayor o menor manejo de información, sino con una filosofía del sentido.


En la educación por ejemplo, donde los barrios y escuelas no funcionan como unidad anclada a la comunidad local de barrio, las comunas (escala mayor de barrio) crean una “red” de escuelas con distintos roles, competencias o en realidad “productos”: escuela de música, deportiva, bilingüe etc… para que el padre pueda “elegir” de acuerdo a una “imagen anhelada”, donde quiere que su hijo estudie y que pueda llegar a ser esa imagen. Tendrá así un propósito ficticio que suple el motivo real, ya que como sabemos en la práctica, de estas escuelas “especiales” los destacados en la realidad son menos del 1%. No es como en Cuba donde existen escuelas para “dotados” y escuelas normales, pero en donde las escuelas “normales” no usan de estos clichés que dan “identidad” a lo que es finalmente un producto de mercado. No todos son genios, ese es el hecho, el problema es que la ficción aspiracional (que potencia la “libertad de elegir”) sostiene más que el mismo papel.


Lo grave: ¿qué sustituye este “propósito” que ofrece el mercado? ¿Cuál es el motivo que se suple? Lo que hoy se esta hablando en educación es sobre las competencias blandas, que tiene relación a la convivencia escolar, al motivo real para hacer, ser y conocer. Para que esta convivencia sea sana, lo ideal es que este cohesionada con su entorno, su barrio, que los compañeros también sean amigos de barrio, etc… El mercado crea una ficción para esta carencia comunitaria (el motivo real), la aspiración individual (el nuevo propósito).


Ya que esto no existe, se suple esta situación real inexistente de “motivo” o "por qué" comunitario ausente en el aquí y ahora acotado, por un propósito de “para qué” puedo servir en un allá, ya que el aquí me quedo chico y lo desprecio. Este desprecio es porque claramente no se ha constituido un “motivo” real de comunidad mas allá de “competencias”. Es sabido que un entorno o pasado dañado hace muy difícil toda posibilidad de sanar su vínculo, se termina bloqueando y sustituyendo por la aspiración de turno que ofrece cualquier producto del mercado.


Es el principio del esnobismo, la carencia real de afecto local, crea una construcción aspiracional en otra parte. “Yo pertenezco a otra parte” es la filosofía, y al ofrecer el mercado alternativas en que el factor “transporte” nunca es un tema, ya que todo pequeño burgués le encanta andar en auto y si pudiera lo estaciona a los pies de su cama, crea una movilidad vial en las tramas urbanas francamente absurdas. De crear real heterogeneidad a escala acotada de a pie, las urbes tienden a ser grandes paños de homogeneidad sobre autopistas, creando un desapego del lugar y el barrio que ya no existen. Todo esto gracias a la posibilidad de “poder elegir”.


Lo mismo pasa a otra escala con los países que asumen roles reduccionistas, Chile es vino y cobre… punto. Y hablando de escala ese concepto absurdo de "economía de escala" que hace relación a que grandes volumenes de producción disminuyen los costos, puede ser invertido a ver la "economía de escala" como evitar el transportar productos priorizando la cohesión heterogénea a pequeña escala. La gente debe creer que ya se inventó la tele-transportación, como si tuviera un costo marginal llevar cosas de un lado para otro. Max-Neef acusó este fenómeno y por eso le dieron el premio "alternativo" de economía, lo que atente contra el petróleo no puede ser tomado en serio parece.


Al no consolidar el barrio y responder a la “ciudad” como “producto”, lo que hacen es difuminar el vínculo entre los miembros ya que pertenecen a distintos puntos de la ciudad. Es una manera de dividir para gobernar tanto a sus miembros como al barrio, ya que no se abren sino cierran a él. Mas gasto en bencina, menos rendimiento o rinde el tiempo, nunca para el consumo de la deuda eterna de Nietzsche.


Si vamos a la universidad es peor. Este país además de clasista desprecia la mano de obra. Y el mercado sin ser regulado por el estado ha encontrado otro nicho para nuestro esnobismo, para que la gente pueda “elegir” como recuerdo, ha instaurado el posmodernismo en nuestro sentido común (el menos común de los sentidos).


Si yo como inversionista, implementar una escuela técnica de soldadura al arco me sale 10 veces lo que me saldría crear una “escuela de derecho”, obviamente hago el negocio de una escuela de derecho, ya que “un estudio de mercado” me arrojaría la “brillante” conclusión de que un “padre” si tuviera que elegir entre tener un hijo “abogado” o “soldador al arco”, obviamente querría un abogado, aunque el mercado esta saturado de escuelas de derecho y sin institutos técnicos. Caso cerrado con la estupidez del mercado.


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