martes, junio 06, 2006

EL CONSEJO DE RECTORES DE LAS UNIVERSIDADES NACIONALES SE PRONUNCIA CONTRA EL EMPLEO INDISCRIMINADO DE LA TV






















EL CONSEJO DE RECTORES DE LAS UNIVERSIDADES NACIONALES

SE PRONUNCIA CONTRA EL EMPLEO INDISCRIMINADO DE LA TV
















El 9 de este mes, el Consejo de Rectores de las Universidades Nacionales dio a conocer una declaración en defensa del uso de la televisión por los institutos de educación superior. El documento fue redactado en una reunión a la que asistió la totalidad de los rectores de las Universidades del país y su texto es el siguiente:


“Los rectores de las Universidades chilenas, en su condición de educadores de alta responsabilidad, reunidos especialmente para considerar la acción que les corresponde en el uso adecuado de la televisión, declaran:


“La experiencia intensa, aunque corta, que el mundo tiene de la televisión, ha demostrado a los más cultos y responsables observadores y a un gran número de excelentes especialistas en educación, que ella constituye uno de los más poderosos instrumentos de formación del hombre y de su formación cultural, cuando es bien manejada, o uno de los más peligrosos y amenazantes medios para desorganizar o detener la cultura, la formación del carácter y la vigencia de los valores por los cuales la humanidad ha luchado durante milenios.

“Así como el uso indiscriminado de la energía producida por el bombardeo del átomo ha sido proscrito del mundo civilizado como una amenaza real contra la existencia misma del hombre, asimismo el uso indiscriminado y libre de la televisión también debe ser proscrito como un deterioro de la educación y la cultura.


“El uso de la televisión debe ser entregado a los institutos de la más alta jerarquía y de la más elevada responsabilidad en este país. De hecho, son las universidades las que en Chile, a costa de grandes sacrificios, han iniciado y promovido la televisión. Nos parece que, en las actuales circunstancias, solo ellas podrán evitar, con eficacia permanente, que la acción de padres y maestros sea anulada cada día por la carrera incontrolable de la competencia comercial, o por las emociones que despiertan las luchas partidistas.


“Una televisión educativa y cultural, científica y artística, operada por las universidades bajo la vigilancia y orientación de sus órganos directivos superiores, protegida por el Estado en representación del interés general de la comunidad y auxiliada por un prudente y sensato sistema de auspicios financieros, llegaría a ser una rica fuente de promoción cultural para todo el país, aun para sus más remotas regiones, y una satisfacción correcta y apropiada para todos los intereses respetables que puedan estar implicados.


“Creemos que los poderes públicos, Gobierno y Parlamento, tienen una grave responsabilidad en la solución de este problema; nos alegramos de que estén preocupados de encontrarla y confiamos en que las ideas aquí expuestas serán acogidas por ellos al adoptarse las resoluciones finales.”


Firman: Juan Gómez Millas, Rector de la Universidad de Chile; Ignacio González Ginouvés, Rector de la Universidad de Concepción; Mons. Alfredo Silva Santiago, Rector de la Universidad Católica de Chile; Hernán Larraín Acuña, S.J., Rector de la Universidad Católica de Valparaíso; Carlos Ceruti Gardeazábal, Rector de la Universidad Técnica Federico Santa María; Horacio Aravena Andaur, Rector de la Universidad Técnica del Estado; y Félix Martinez Bonati, Rector de la Universidad Austral de Chile.


Universidad de Chile. Boletín, N° 41, Agosto de 1963.




















Texto de Francisco Huneeus


Lectura, Conocimiento y Progreso

Aprovechando esta oportunidad en que vamos invitados a una verdadera fiesta de la lectura y del pensamiento, me permito adjuntarles a título personal, unas pocas reflexiones con la intención de invitarles a que se sumen a la discusión.

¿Por qué en Chile se lee poco, y cada vez menos?

Lamentablemente y a pesar del impresionante esfuerzo que hace el gobierno a través de sus organismos especializados, tales como el Mineduc, la Dibam, el Consejo de las Artes y la Cultura, Consejo del Libro y la Lectura y otras notables Iniciativas Privadas de gran calidad y visión, lo cierto es que todas las mediciones confirman esta tendencia hacia la disminución de la lectura y su comprensión. No me cabe la menor duda que no es únicamente un problema nacional pero que en Chile ha adquirido una intensidad inusual. De todos los factores que están incidiendo en este deterioro sistémico creo no exagerar al decir que el factor único y más influyente ha sido la irrupción masiva de la TV (exenta de IVA desde 1975) y su penetración progresiva en la mente y la cotidianidad de los chilenos, niños y adultos por igual.

(Hace poco alguien me comentó perplejo que mientras en París hay una librería en cada esquina en Santiago hay una farmacia en cada esquina …)

¿Por qué la TV es la gran enemiga de la lectura?

Hay una edad, entre los 3 a 8 años o más, en que los niños tienen que trabajar duro para desarrollar su capacidad reflexiva. Es en ese momento en que tienen que aprender a reconocer letras, palabras, frases… y entenderlas, para lo cual tienen que “construir” su significado. Cuando se les cuenta o se les lee, también tienen que “construir” el significado, pero al menos no han tenido que descifrar estos signos. Ver TV es una actividad totalmente pasiva, no hay necesidad alguna de una construcción mental, y poco espacio para una reflexión. Es demasiado fácil. Al ver TV se les está privando de llevar a cabo su propia construcción mental del relato. Las imágenes —caricaturas o personajes— que se mueven y hablan en la pantalla son demasiado tentadoras y atractivas. No exige ningún esfuerzo mental. El televidente pone su mente en manos de los directores de programación.

La tragedia nacional comienza hace un poco más de 40 años, cuando la TV hace su entrada insidiosa primero, a todos los hogares. Esa tragedia nos ha brindado como resultado, dos generaciones de chilenos que tuvieron en su infancia una distracción devastadoramente atractiva, tan seductora de sus mentes y cerebritos en formación, que sencillamente no lograron convertirse en lectores expertos como usted y yo.

¿Y qué importa que se lea poco?

Los libros son el soporte tradicional de la literatura y del conocimiento de todo tipo; científico, técnico, humanista, político, jurídico, histórico, religioso, económico). Si se lee poco, se sabe poco de lo que han pensado otros antes que nosotros y en otros lugares. Aunque los libros, hoy por hoy no son el único soporte del conocimiento, siguen siendo por lejos, el más importante. Los libros son textos constituidos que se hacen públicos.

El pensamiento es texto, y sin la presencia del texto no hay desarrollo del pensamiento que es, a su vez, la base del progreso.

¿Por qué la lectura es imprescindible para conocer y saber?

No se puede acceder al conocimiento experto sin un acceso y una comprensión de los textos, revistas especializadas, manuales y otros soportes de información técnica. El uso de las bibliotecas requiere de la comprensión de textos. Los textos son nuestro contacto con la tradición, la experiencia anterior y el saber universal.

El conocimiento da forma a la materia agregándole un valor que es el resultado de la aplicación de técnicas y conocimientos expertos. Es la base de los productos con valor agregado. También es la base de los servicios.

Las sociedades se organizan en torno a textos que son los estatutos, las leyes, las constituciones, los contratos, escritura …

Sin ir más lejos, el Parlamento es por tradición y mandato, un lugar donde se habla para se generar textos, donde se discute, analiza, evalúa, propone, promulga y publica.

¿Y qué se puede hacer?

Es obvio que no se puede detener el progreso y echar marcha atrás. Ahora que el país está por cambiar la norma tecnológica en la TV, cabe una discusión acerca de lo que implica este cambio. Lo más probable es que con mejor imagen y más oferta de programación, mayor será la profundización de la penetración de la TV y sus consecuencias.

Se dice que las tecnologías son neutras: posiblemente lo sean hasta que luego de un tiempo de su aplicación, comienzan a conocerse sus peligros y los daños que ocasionan. Todas tienen sus lados buenos y malos que no son aparentes de inmediato. Imaginemos por un instante lo que sería el tránsito motorizado sin reglamentación, que además están siendo constantemente adaptados a las nuevas circunstancias.

Gilberto Kassab, Alcalde de la ciudad de São Paulo está haciendo algo en esa dirección. Desde hace dos años se ha prohibido toda la publicidad callejera en esa ciudad, la 4ª en población en el mundo. Su argumentación fue que para terminar con la contaminación y polución ambiental, lo más conveniente es comenzar por la contaminación visual.

Pero en Chile, nadie se atreve a tocar a la industria de imágenes artificiales. Me refiero a la publicidad o propaganda de todos los tipos, de la cual la TV es posiblemente la de mayor envergadura y penetración. Todo el cluster de industrias basadas en la tecnología de imágenes artificiales se ha librado de toda fiscalización y crítica – y no por falta de visión y advertencias por parte de los intelectuales. (Ver declaración de los Rectores Boletín Universidad de Chile, Agosto 1963)

¿Por qué en Chile no hay una televisión verdaderamente estatal, es decir una que cumpla la función sea educar, informar y entretener decorosamente, que para sobrevivir no esté obligada a depender de la industria publicitaria y competir por los “rating” con la TV comercial?

Sobre esto, no tengo ninguna respuesta.

Muchas gracias por su atención.

Francisco Huneeus


















COMENTARIO AL TEMA TV


Interesante el desarrollo de la capacidad reflexiva y el ejercicio de construir un espacio para reconocer el significado de textos. En este sentido la tecnología como medio no es neutra a este proceso, a este acto personal de relación con letras, palabras y frases.

En todo caso el origen del “soporte” TV tenía un rol “familiar”, de permitir compartir un “happening”, en que paradójicamente la propuesta original del happening artístico tiene como tentativa el producir una obra de arte (que hago analogía con este objeto que refleja hologramas) que no se focaliza en objetos sino en el evento a organizar y la participación de los "espectadores", para que dejen de ser sujetos pasivos y, con su actividad, alcancen una liberación a través de la expresión emotiva y la representación colectiva. Pero es un evento que invade el compartir, creando un competir por quien asimila mejor y “participa” mejor del happening. ¿Qué absurdo no?

Es un medio poderoso para inducirnos (en acto) a deducir (el paradigma mental), pero un paradigma de la contingencia o como diría Weber de los valores en curso.

Crea una participación especulativa de los medios, del “star-system”, de ser espectadores de, y no protagonistas de un proceso de aprendizaje.

La TV debería llevar a los libros como fueron La Belleza de Pensar o Teleduc, y no las revistas llevar a la tele, como Teve-Grama o cualquier Guía del Cable. No es el medio-tv lo peligroso, sino su rol o posición en el contexto social y las redes de información. Como plantea el consejo de rectores el 63, cuidado en que manos se deja esta herramienta. (Monos con navaja).

La TV y su aparente dinamismo y pretensión interactiva del: “Llame ya!”, ayuda en nada a la construcción mental, al espacio reflexivo en tiempo personal. (¿Aunque el video permite un rewind cierto?). El Internet es más individual por este hecho, hay más control de la información que se expone en términos operativos, independiente al contenido. ¿Te fijas como el soporte TV propicia más “lo colectivo” que el internet, aunque hoy todos tengan una tele en la pieza?

En otro sentido, curiosa esa obsesión de la informática de simular un libro. Allí se ve lo importante del “acto” de leer mas allá del contenido que se esta leyendo y como esto en gran parte es lo que “cautiva”. Existe en el acto del cuerpo un empoderamiento del texto para construir pensamiento. Este acto del libro es individual, la TV por otra parte tiene una condicionalidad social de obligar estar allí en el happening.

La TV nada aporta, porque son los individuos en esta exploratoria “personal” los que revelan el pensar y progreso que escape del círculo vicios de la contingencia que muestra imparable la caja idiota, incluso escapa de la tradición y lo anterior, porque lo refresca y no imita y replica como loro, degradando la sustancia en formas e imágenes universales livianas, que se repiten, degradando el sentido de todo desapercibidamente.

En este mundo audio-visual estos medios son fundamentales, y la contaminación audio-visual debe limpiarse. Pero como TVN debe competir para crear sus propios recursos, caemos en la justificación estúpida de que el mercado debe operar “naturalmente” sin intervencionismo, sin subsidio estatal. Para eso se hace el programa Calle 7, lógicamente. Parece que la pronunciación del 63 no se considero, ya que el 75 la TV quedo exenta de IVA para su compra indiscriminada. ¿Allí el estado se metió no?





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