jueves, abril 26, 2007

HOMENAJE A FIDEL SEPULVEDA y su vision encantada de mundo rural











Heidegger se dio cuenta que las palabras ser y tiempo estaban gastadas después de terminar su libro, como dice Hugo Mujica, también la palabra Dios para Nietzsche lo estaba. Quiza Ser es una manera de sublimar la existencia, como pensar que un dios trascendente puede sublimar el misterio de la vida, lo que para mi implica hacerlo una fe razonable, un infinito posible claro, por tanto no paradójica y bizarra, mucho Apolo y poco Dionisio.


Hacer de este País llamado Chile un resumen ejecutivo, purgar de ruido el contexto, declararlo en vías de lo perfecto… para que se plague de exaltados inversionistas extranjeros, de cinco continentes, que ven en nuestro país una patética mezcla de estabilidad, disciplina y represión tácita, capacitación mínima en relación a la alta sofisticación necesaria, algo óptimo para instalar necesidades infinitas y hacerlas escasas, hasta que el hacer u oficio exportable, llegue a la altura de la necesidad importada... o sea, nunca. Somos un laboratorio de complejos consumidores incompetentes a los oficios del mundo. Importar vanguardia y exportar materia prima es algo insostenible.
Hay países como Nueva Zelanda en que el estar desempleado es una opción, hay trabajo siempre y eso que no creo que los nativos Mauri crean que el trabajo dignifica. A Chile le hace falta hacer tratados de libre comercio con Urano (no Uganda sino Urano, un planeta … je), y sin embargo hay desempleo por aquí y allá. Que otro brillante tratado hay que hacer para que el chorreo haga que todos se mojen?


LA SIGUIENTE ES UNA DE LAS ULTIMAS CHARLAS QUE DIO FIDEL SEPULVEDA al SERVICIO PAÍS EN PICARQUIN.


Hablar de identidad es extenso y problemático. Sin identidad la persona va a al deriva y el país va a la deriva, algunos piensan que la identidad no puede ser una cosa pensable, una identidad no puede ser acotada pero si sentida siempre, es algo vivo, no definible para instrumentalizar. Es algo fundamental, sin identidad somos una veleta que el viento se lleva al destino que el viento quiera. Ser ciudadano del mundo, sin ser ciudadano de alguna parte es una operación imposible como insensata. No se puede ser de todas partes si no se es de alguna parte, esto esta muy relacionado con un tema que afecta especialmente la identidad chilena, que es el arribismo. Que estima que uno es tan poca cosa por lo que es, que la única manera de llegar a ser, es dejar de ser el que es para ser otro, es una enfermedad que desde el más proletario al más millonario afecta al ser chileno, afecta tambien a las regiones que quieren parecerse a Santiago y santiago quiere parecerse a Nueva York y antes quería parecerse a París y antes a Madrid, pero nunca se a preguntado a que quiere parecerse desde dentro de sí. Es una pregunta que tenemos que hacernos, que quiere ser cada uno de Uds., que quiere ser con su vida, que quiere ser con este país, que quiere ser con este servicio país. El arribismo de parecerse a algo más grande que lo poco que somos es nuestro problema. Ser de todas partes sin ser de una parte es imposible. Asumir un rol para con el mundo es definirse y ofrecerse para servir como fabrica de mercenarios. A que país quiero servir es imposible pasar por esa pregunta sin pasar por el tema de la identidad. Es impensable una país sin identidad, puede ser una factoría, puede ser una oficina de reclutamiento de mercenarios, mercenarios militares, mercenarios comerciales, tecnócratas, todo lo que tu quieras, pero eso no es país o nación, ... esto es un tema fundamental, que voy a abordar desde un flanco, desde ciertas situaciones que lastran la identidad, que desangran la identidad, que imposibilitan la identidad, que niegan la identidad. Dos temas: La orfandad y el ninguneo, la orfendad es el caldo de cultivo para que ocurra después el ninguneo. La orfandad y el ninguneo son temas crónicos de América latina. La orfandad es un tema histórico y crónico yo diría de Chile y de América. Hay una orfandad histórica, una orfandad de padre, la orfandad generada por el soldado que viola la india, que la estupra, engaña y seduce y sigue su camino y deja a la india y su allí abandonado ... y este es el huérfano del militar o conquistador, el primer mestizaje deriva de esto. Luego el encomendero deja huérfanos por su encomienda. Luego llega la hacienda donde el padre no reconoce la filiación. Tres instantes que riegan el lugar de huachos, orfandad de padre. Un padre trashumante que se va y a veces nunca vuelve, un temporero que deja a los hijos sin modelo paterno que lo empiezan a buscar en otros planos. La madre sigue siendo el eje y sostén. La madre como indígena fue estuprada, que se le fue hecho tropelía, atropello, madre humillada y sus hijos son hijos de la chingada en términos de Octavio Paz. Un menoscabo, no es reconocida la madre o hijo. No se puede ser sin tener un padre, la identidad esta menoscabada, cuesta suturar los tejidos, sanar la mala experiencia. El desconocimiento de ser hijo, abre el espacio del ninguneo, de no ser nadie, donde el dolor y sentir no es registrado por nadie, porque Paz dice que no se es nadie. El no reconocimiento es ser mal tratado, asumiendo el mal trato, de ser vaciado que se siente. Son campanas de palo las razones de los pobres, dice Martin Fierro. La vida del pobre es un calvario, en este Chile fatal, para el pobre son los dolores. El mal trato con una vida sin humanidad sana que siente y sueña. No todos tienen esa necesidad, no hablemos de derecho? Clasista, racista, ninguneante es la sociedad chilena. La distribución desigual, partición mezquinada, centralismo, justicia denegada, el 80% repartiéndose el 20%, donde el 20% de las personas vale cuatro veces más que el 80%? El país puede estar al servicio de esta política? El pueblo no tiene dignidad, no hay oído a su clamor. La orfandad de padre y madre es significativo en Chile, pero hay un concepto de familia ejemplar, lo que si es general en Chile es el ninguneo perpetuado por un sistema escolar, estatal o privado. El indio es obligado a dejar fuera de la puerta de clase su tradición, grave y vergonzoso. Toda su cultura ancestral, telúrica, contempla otro saber al saber útil. No hay un currículo diferenciado que haga justicia al saber que tiene el indio o campesino que va a la escuela. Debe dejar fuera su cultura, una escuela centenaria que ha estado a espaldas de la realidad chilena. Esto genera una actitud de despego frente a la identidad. Implica una nueva orfandad, que impide una filiación con la madre tierra. El crecimiento de su humanidad en relación al valor nutricio de la madre tierra, es relegado al patio de lo retrógrado, de lo obsoleto, un espacio que hay que llenar con el conocimiento útil, pragmático. Borrar el idioma materna para dar paso al inglés, idioma de la globalización. La sala de clase debe tener sus centro en la sala de computación, de Internet para recoger información ya procesada y no dispersar la atención en el entorno, de la diversidad y biodiversidad. La naturaleza pierde mucho tiempo y mucha energía para la creación y mantención de mucha vida inútil que no tiene cabida en el mercado. Los países desarrollados han seguido por mucho esta política, que deben extender en los países subdesarrollados. Por eso depredamos los recursos naturales a expensas de la biodiversidad. Naturaleza poco aplicada a generar utilidad. Como se comportan los elementos en esta lógica? Miremos el agua: cuanta curva holgazana de esteros, rios y torrentes, en vez de ir en línea recta, cuando caudal inútil, cuanto remanso narcisista? Cuanta agua que cae para nada. Cuanta nieve que no se derrite nunca y no beneficia a nadie? Solo para contemplar embobado como el desierto florido. Cuanta cascada que no mueve ninguna turbina? Otro ejemplo, el aire: Cuanto viento que no mueve ninguna turbina, cuanto aire ocioso que no se sabe que hace sin hacer nada, nada más que ocupando lugar, que podría ser ocupado por el esmog, que se ha ganado el derecho de estar donde esta, porque ha producido bien estar y calidad de vida. El aire moviendo las nubes en el viento, nadie sabe para que? Llevándose el viento semillas para cualquier parte, meneando las flores, haciendo remolinos inútiles en los costados del camino, que puede ser más inútil? Eso es un despilfarro, no debería estar permitido, en un país en avanzada. El fuego: Cuanta energía perdida en el centro de la tierra? Cuanto llama perdida en un fogón de campo? Cuanta gente que pierde el tiempo alrededor de una fogata? Cuanta tierra perdida en el bosque nativo? Con especies que jamás han de ser madera de exportación. Cuanto desierto, cuanta piedra, cuanta duna? Cuanta pendiente que dificulta la vialidad? Cuanta tierra dando fruta silvestre, flora silvestre, pájaros silvestres, insectos silvestres, que no salvan a nadie, que no le han ganado a nadie? Hay que modernizar la agricultura, hay que leerle la cartilla a la naturaleza para que aprenda a saber lo que es, que en millones de años no ha aprendido. De otro modo con una naturaleza así como es, no vamos a ninguna parte. Nicanor Parra dijo que lo mejor de Chile era el paisaje, la Gabriela Mistral dijo que toda cultura comienza por la tierra, y que aquí hemos pensado que comienza con el bachillerato. Ambas son apenas opiniones de poetas que no entienden de crecimiento económico, de desarrollo acelerado, de estadísticas. La naturaleza crea vida, biodiversidad, pero esta no es productividad útil, se extirpan todos los disa especies animales y vegetales, por eso se estrecha la biodiversidad y vida en el planeta. Se mueren los cisnes de cuello negro, lo peces, las algas con cuencas industriales. Se multiplica la vida exportable y se extingue la vida de puertas adentro. La exportación importa, lo que no es exportación no importa, lo del interior no importa, lo de tierra adentro no importa, no importa porque no reporta, no reporta dólares que es lo que importa. Hay valores que no tienen precio, uno de estos es la tierra en que vivimos, aquí al sur del mundo, de tierra adentro, de rio adentro, de mar adentro, de alma adentro, de corazón adentro. Hay cosas que son útiles y no sabemos, porque no nos las han enseñado, hay cosas que por ser inútiles, son las más útiles. Esto no lo han enseñado. Que hacen de útil los dedalitos de oro a la orilla del camino y de los rieles de la vida férrea? Que hacen de útil las nubes y su diseño? Las olas del mar, las arenas del mar, los horizontes del mar? Que utilidad presta el silencio del desierto, de la montaña, del valle, de la noche estrellada? Que utilidad la de la música de los pájaros al amanecer, de la lluvia en los tejados, en el follaje del bosque nativo? El sonido de las cascadas y montes después de las lluvias de invierno? Que utilidad la luminosidad del cielo después de una lluvia, de la aparición de la primera estrella del atardecer? O las figuritas del sol al perderse en el mar o el reflejo de la luna al perderse en el mar o el vuelo de aves a la orilla del mar, donde quedan aún aves? Que utilidad tanta demora de criar un pollo de campo sin demoras, crearlo sin hormonas que acortan el tiempo de crecimiento? Que utilidad una cazuela de pollo de campo con chuchoca de campo y cilantro de campo y ají, cacho de cabra y pebre y cebollitas tiernas y cilantro y agraz del parrón del patio de la casa de campo. ¿Lo conocen Uds. Eso? y los que no, van para allá a conocerlo y aprenderán la utilidad de esto (risas). La utilidad digámoslo y hagamos con ello un servicio al país. La utilidad esta en el aporte al goce de vivir, al placer de vivir, al porte de vivir. Dostoyevski dijo hace más de un siglo y medio, que la belleza salvará al mundo. Hay algo más inútil que la belleza? La tierra, la madre tierra, es la gran creadora de belleza, esa obra es la biodiversidad, ese y nada más que ese es su aporte a la humanidad, la creación diaria de belleza y la belleza salvará al mundo, porque la belleza abre a la valoración de la vida, por la vía del goce y el gusto por las cosas, la belleza recupera los sentidos, gozamos de las cosas que vemos, de las cosas que oímos, que olorosamos, que paladeamos, que tocamos porque la belleza abre los sentidos para gozar de las cosas del mundo y del mundo de cada una de estas cosas. La belleza nos devuelve nuestros sentidos y nuestros sentidos nos devuelven el mundo y la maravilla del mundo, el mundo como maravilla ofrecida para nuestro deleite, nuestro goce. La escala de valores no la da la escuela de valores de la bolsa de comercio. La escala para medir la calidad de vida, la da la escuela de creación de vida y de belleza de la biodiversidad de la madre tierra. La primera cultura nace de la tierra, dijo hace 100 años la madre Gabriela Mistral y tenía razón, pero no se le escuchó ni se le escucha aún. Hoy se escucha la chimuchina de la farándula, ellos crean los paradigmas con los que se articula la escala de valores de la posmodernidad chilensis. Ellos borran la memoria y el proyecto del Chile profundo, ese que se empeña en recuperar este servicio país que esta aquí, sin memoria no hay proyecto, porque el proyecto nace del saber acumulado por las raíces en su trabajo diario para crear vida. Las infinitas formas en que abre el futuro la energía de la vida, esto es lo que rescata la memoria fecunda, la memoria perdurable, la memoria vital. Esta memoria es un estrato profundo, esta dada y codificada por el dialogo milenario del hombre hijo con su madre tierra. El hombre rural es un doctor en los secretos de las infinitas formas de la vida. Y lo que necesitamos es esa memoria para con y desde ella, elaborar un proyecto de vida para la vida. Hoy nos venden un proyecto como de vida, pero en muchos aspectos es un proyecto de cultura de la muerte, de la economía por sobre la vida. Queremos una vida abierta al pluralismo, a la diversidad, a la creatividad de cada día. Hoy el pueblo chileno no sabe leer. No comprende lo que lee en un porcentaje abismante, hoy el pueblo chileno, el del bachillerato, de la prueba de aptitud y de las otras pruebas, no lee ni sabe leer ni le importa. Nuestro estado no sólo no les ha enseñado a leer a la gente de la ciudad, sino también le ha borrado la memoria a la gente del campo que sabía leer antes de la escuela. Vuelvo al comienzo, al niño y joven campesino la escuela les dice que es analfabeto, que no sabe nada, que sus padres y abuelos tampoco sabían nada, nunca han sabido nada, que su cultura es incultura. Por eso entran a la escuela a aprender a leer, y es allí de donde salen sin saber leer, así lo dicen las estadísticas y las estadísticas no mienten. Pero yo pregunto algo ante esto: Quienes son los analfabetos? La gente del campo, la gente de la cultura oral o la gente alfabetizada por una escuela que egresa a gente que no lee o no comprende lo que lee? El hombre rural no es inculto, aunque sea analfabeto según la escuela oficial. El sabe leer el libro múltiple de la vida que acuna con su trabajo. Este hombre sabe leer los signos del tiempo en la dirección del viento norte o sur, puelche o travesía. El sabe el tiempo de la siembra, conoce su humedad, frío o tibieza, el color de las nubes y la posición de las nubes le indica como viene el tiempo. El sabe el tiempo de la siembra y la cosecha, sabe de la buena cosecha por el colorido de las plantas, por la profusión de las flores, por el ritmo de maduración de los frutos. El sabe lo de la tierra por los signos del cielo, sabe de los temblores y terremotos porque sabe que los animales saben mejor que el hombre como descifrar sus signos. El hombre de campo sabe de la vida y de la muerte más que los farmacéuticos y médicos. Sabe de las yerbas para el cuerpo y para el alma, sabe del saber, no de los libros de librería sino de los libros del agua, del aire, de la tierra y del fuego. Hoy nos hace falta saber de la vida, de la buena vida, de la buena salud del cuerpo y del alma, de la naturaleza del hombre y de la naturaleza del mundo. Del equilibrio de reciprocidad entre el hombre y el entorno. De la solidaridad entre hombre y el mundo, y de la gratuidad, de la alegría de haber recibido esta vida como un don que no tienes como o con que pagar. Esta actitud de dar gracias a la vida que me ha dado tanto de la Violeta, yo la he visto en la buena tradición campesina chilena. Actitud de estar bien con la vida, porque lo que se tiene aunque sea poco, es de un valor infinito, entre ello, la salud. A propósito de esto, una cuarteta del folclor chileno, nos da entrada a la filosofía de vida de este pueblo, dice así: “Voy a hacer una bebida, a ver si acaso me aliento, de los cogollos del viento, ganchos de agua florida”. Primero: voy a hacer una bebida, una agüita caliente, ¿y con qué la voy a hacer? Voy a hacer una bebida pa que, por si acaso me aliento, estoy medio enfermo, estoy desalentado, la salud es aliento, es ánimo, la enfermedad es falta de ánimo, desaliento. La enfermedad no es cosa del cuerpo solamente, es también cosa del alma y principalmente del ánimo del alma. Voy a hacer una bebida a ver si acaso me aliento, y con que voy a hacer esta bebida? Con los cogollos del viento, que maravilla. Este árbol, las criaturas recién nacidas de este árbol que son los cogollos, los brotecitos de arriba, con estos, con la esencia de la vida del vegetal, que saca sus raíces de la tierra y su esencia de vida de la tierra, con esto yo hago la agüita caliente, para recuperar la vida. Y también lo hago con ganchos de agua florida, esta agua floreciendo hermosura, belleza, textura, colorido, con esto, con toda la producción del agua, del fuego, de la tierra y del aire. Este vinculo a los cuatro elementos me da la verdadera salud, y la verdadera salud me da el goce de la verdadera vida. Esto es sabiduría, esto es sabiduría que no enseñan en ninguna escuela de medicina, ojalá lo enseñaran, porque le haría muy bien a los médicos y muy bien a los pacientes, a tantos pacientes impacientes porque los médicos no los mejoran y los llevan de laboratorio en laboratorio, de análisis en análisis, con resultados catastróficos para su salud y principalmente para su bolsillo. Bien ... esto no se aprende en la escuela oficial, pero se aprende en la escuela de la oralidad, esta poesía que circula en la memoria de la gente del campo, esta que sabe que esta platita sirve para estoy esta otra para esto y poniéndola en esta forma y en esto, y esta en esto otro y esta de esta otra forma, y en lo otro, con lo otro y lo otro. Y que hay cosas que no se mejoran, con remedios de farmacia, sino con otro tratamiento, tratamientos al alma ... bueno. Debería haber un subsidio para el pueblo campesino, que pague simbólicamente el aporte que este pueblo con esta sabiduría, le hace a la sociedad desvinculada de la vida. Aquella que no conoce la mata de tomate o ají, que produce el tomate o el ají, o el árbol del palto o limón. El lugar del ninguneo, del dejado sin su madre tierra y sin su saber milenario, acuñado en el dialogo diario con la vida. En lugar de este despojo de la tierra y sus valores, esta sociedad debiera de retribuir al campesino por esta experiencia de vida con valor. Todos necesitamos reconocimiento a nosotros, a nuestros ancestros, a nuestro hacer en pro de la vida, este reconocimiento ha estado ausente de las políticas públicas para con el hombre de la vida que es el campesino. No podemos seguir tratándolo como un ser prescindible, como una carga, que subsiste por conmiseración, a quien se le niega en los hechos la participación en la vida ciudadana. La madre tierra y sus hijos, los campesinos, son un eje fundamental, para una visión de mundo con memoria y con proyecto. De memoria con conocimiento, de conocimiento profundo y depurado, y de proyecto maduro y responsable, surgido de un saber “que se es y con qué se cuenta”, sin pasarse ni quedarse, con dignidad y con ponderación. Esto es lo que hace falta en el Chile de hoy, gente con sabiduría más que con doctorados, con formación más que con información, hombres cabales, íntegros no sólo tecnócratas, y gente con vínculos, con arraigo a su tierra, a su patria chica, sin la cual no hay patria grande y no ser desarraigados, sin compromiso con el bien común, con compromiso sólo con un proyecto egocéntrico. Por eso es tan hermoso, noble, aleccionador, este servicio país que Uds. encarnan, porque tiene la intuición de que lo que importa es el alma de Chile y esta, esta en los campos, en los infinitos rincones infinitos de este país de rincones. Rincones recoletos, concentrados en si mismos, pero que no aceptan ser arrinconados, ser ninguneados. Estos rincones chilenos son con destino y quieren ser con provecho. Cuando Chile madure, la gente, el pueblo campesino, ocupará un lugar de privilegio, en la gran mesa de la convivencia democrática. Esperemos, esperamos ese día, para ese destino trabajamos, desde abajo, removiendo la tierra, aireando y regando las raíces del desierto y los canales del sur, de la cordillera de los andes y de la cordillera de la costa, del valle central, y de los valles transversales y laterales, y en los rincones, donde anidan los mejores frutos, como en este rincón de Picarquin. Combatir el centralismo se hace devolviéndole el centro a la regiones, a las comunas, a los pueblos, a los rincones de Chile. Este país ha sido desposeído de sus distintos centros, y todo ha sido siendo fagocitado por un centralismo salvaje. La tarea es devolverle el centro que legítimamente les pertenece, a los pueblos, a cada uno de los pueblos, a cada uno de los lugares, y en este sentido a la identidad campesina, también devolverle su centro, su eje, su eje vertical, creo esto fundamental, sin esta acción cultural de base, la descentralización no funcionará y seguirá ganando el centralismo. Que los que allí revelen en metáforas y proyectos desde la memoria, no tengan que irse de sus lugares. Así las regiones tienen una esterilidad creativa, todo emigra a Santiago, para afuera. El país nunca será así, vertebrado, vivo, floreciendo iniciativas, reconocer el valor del otro, sin ser chaquetero de mala clase, sacarse el complejo de inferioridad valorando al otro, que se pregunta: quien soy yo para...? pensar, crear, como un hombre, no menor a otros hombres. Porqué voy a ser menor de partida? Hay que superar el ninguneo, para reactivar las raíces de la identidad, que de allí vayan saliendo, las imágenes y los símbolos de lo nuestro, que dicen nuestra memoria y proyecto, de allí no sólo salga arte, que es la vanguardia de la cultura sino que van generándose imágenes de donde salen los anhelos más profundos y volados, por eso la belleza salvará al mundo, donde ocurre la salida del interés mas allá del pecuniario. Hay que superar esto de tanto tienes tanto vales, sobreponer el tener al ser nefasto. Hay gentecita pobrecita en el campo, y tiene una sabiduría que ya la quisiera el más millonario de nuestros millonarios chilenos. Muchas no fueron a la escuela y muchas llegaron a una escolaridad muy básica y eso no le impide tener sabiduría, mucho más iluminador que todos los doctorados en ciencia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"El arribismo de parecerse a algo más grande que lo poco que somos es nuestro problema."

Amigo: notable el texto, muy iluminado, me recordó la vez que fue a la universidad y, en el paraninfo, con toda su sencillez nos deslumbró a todos.
Tú sabrás que no soy un gran lector, pero me remeció e identificó demasiado.
De dónde lo sacaste? de cuándo es? podrías indicarlo para saber. Y podrías enviármelo completo por correo? te lo agradecería.
Mientras, espero que subas el texto faltante.
Bello homenaje para una persona enorme en su pequeñez.



PD: espectacular el último correo que me enviaste... me recagué de la risa y causó sensación cuando lo re-envié.

Anónimo dijo...

se me olvidó dejar mi nombre...

Guillermo!!!


Ah! y aparécete por Conce, nos tienes harto botados.

Anónimo dijo...

impresionante compadre, gracias por compartirlo completo y por el trabajo de trascribirlo, buenísimo

y "ufffff, sin palabras o comentarios", muy bueno... y me parece genial mediar entre lo profundo de la mente y lo banal que gratamente nos aflora, como en la vida misma, no todo puede ser un absoluto, es grato movernos entre las certezas y las debilidades, como al navegar, no puedes ir a favor ni en contra del viento, mejor vas en diagonal a esa energía maravillosa...

un abrazo... Guillermo

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