sábado, abril 07, 2012

Intervencionismo: Posible respuesta al eslabón perdido entre evolucionismos, creacionismos y todo sionismo imaginable.



La controversia entre evolucionistas y creacionistas no se resuelve al menos que se acepte una tercera vía conocida como “intervencionista”: la existencia e instalación de un diseño inteligente no divino, pero sí ajeno al contexto terrestre, que explica concretamente los vacíos del proceso evolucionista de nuestro particular contexto terrestre. 

Aunque no precisamente  explica esta intervención con la metáfora del soplo divino proveniente de una dimensión lejana y trascendente, sí constituye un evento ajeno al proceso darwiniano "acotado a un ámbito terrestre", y puede ser un inicio para la formulación del problema y explicación del mismo “eslabón perdido”, planteado por seguidores de Darwin, quien fue el que lanzó en el tapete científico la teoría de la evolución de las especies en 1859, pero no habló de la evolución  humana hasta mucho tiempo después, cuando publicó su libro La ascendencia del hombre, en 1871. 

Darwin opina en este segundo libro, que la diversidad de razas se debe a procesos de selección sexual, dice: "En la situación social más primitiva, los individuos más sagaces, los que inventaran y utilizaran mejores armas y los que se defendieran mejor de sus enemigos, serían los que darían lugar a mayor descendencia". "La supervivencia del más fuerte" en este contexto de expliación más sociológica que biológico no aborda finalmente el dilema del "eslabón perdido".La transformación y evolución de la entidad biológica como singularidad, es distinto a la adaptabilidad y mezcla de los grupos como cuerpo social. Quisiera distinguir a continuación una doble acepción de adaptabilidad colectiva, que puede explicar la aparición de un factor externo a la evolución terrestre.

 

Si en el origen los movimientos de cazadores recolectores tendieron lógicamente a desplazarse por entornos donde la constitución autopoiética de la entidad no fuera tan exigida por un medio, haciendo de ese proceso uno más espontaneo como respuesta al contexto amable, opuesto a lo que sería un proceso más deliberado y previsor ante un contexto hostil, sostengo que existen básicamente dos procesos que repliegan la entidades como grupo ante la hostilidad de un determinado contexto. 


  


 

Los que se desplazan a los márgenes más hostiles constituyendo culturas aisladas de otras, y los que permanecen en las zonas más amables y por tanto convergentes por otros. Los nómades libres y salvajes, y los asentamientos-fortaleza de agrícolas sedentarios. Los expulsados del paraíso (paganos, profanos y herejes), y los que se proclaman ser su dueño y custodia (creyentes, servidores y devotos). Ambos desarrollan en un proceso evolutivo, sus propios artificios para constituirse como “entidad grupal” y no morir ante la mimesis natural o alteridad artificial respectivamente. 

Las culturas pequeñas al margen en medios hostiles solitarios y las grandes civilizaciones al centro sobre contextos convergentes  disputados. Ambos han tenido que acentuar la “sobre-vivencia por sobre la vivencia”. Sin embargo veremos mas adelante la diferencia fundamental entre ambas. Germanos y Romanos divididos por el Rhin y Danubio, Mongoles y Chinos o Mapuches e Incas son ejemplos. Los primeros más terrestres seguidores de una intensidad viva proveniente de un misterio real y los segundos más solares seguidores de una representación eterna proveniente de un misterio falsificado. 

No hay que olvidar que Darwin enfatizó la competición entre individuos de la misma especie para sobrevivir y reproducirse (como señala Pepe Ruiz, el ensayo sobre población de Malthus fue una de sus fuentes de inspiración teórica), mientras que A. R. Wallace (otro creador de una teoría de la evolución por medio de selección natural que influyó a Darwin y fue referente importante de Gregory Bateson) dio una mayor importancia a la influencia del medio para forzar a las especies a adaptarse al entorno local.  Sobrevivir a un artificio, un rumor, un "As if" en términos de H. Vaihinger, si bien es muy distinto a sobrevivir una condición natural, podemos acordar que el paraíso terrenal se perdió para ambos. Unos lo llevan al cielo y otros hacen apologías de sus poderes ocultas en una naturaleza dificil. No cuenta aquí el evidente atractivo que existe en turistas de paises desarrollados, que optan por vacaciones "paradisiacas", generalmente (curioso) en lugares subdesarrollados, supuestamente "en-vias" o  una Europa mediterranea "en-baja".









En este doble escenario, se puede aceptar la posibilidad que sobre la tierra de contextos disputados o segundo caso, se instaló un tercero, un  “diseño inteligente” diseñado por “un diseñador inteligente”, en que da lo mismo aquí el “it” o “who” lo hizo, que causa tanta controversia. Se trata abiertamente de una colonización extra-terrestre, provista de artificios tan avanzados, que pudo dominar sin rivalidad o comprensión posible, pudiendo elaborarse y digerirse por sus sometidos apenas figurativamente, como mitos ajenos y paralelos a su espacio real de existencia.  

Los segundos elaboran así, un verdadero mecanismo de defensa mental por la contraposición tan tensa entre "supuestos" pares tan impares sobre un mismo territorio disputado. Este mecanismo de defensa, es simplemente construir un "continuo" donde no existe.

Existe sin embargo en este panorama desolador,  la posibilidad de ciertos pactos, ciertos consensos ocultos sometidos a dogma ciego e impotente, como una manera de tranzar con la distancia de esa verdad paralizante e incomprensible. Una esclavitud tan inadvertida y sutil, que la imagen más liberadora puede constituirse paradójicamente en una genuina cristalización en términos de Hume, en que el "diamond" tan codiciado por algunas escuelas esotéricas, es simplemente para Hume un automatismo de la vida. El espejismo de las culturas solares, hipnotizados con el alineamiento con el sol, es tambien  un medio para dar calor a la sangre de algunos cuerpos que no lo generan. 




En este escenario terrestre: ¿La cultura indo-europea fue creada por arios-esenios provenientes del norte o por lo contrario estos arios constituyeron una resistencia a “otros pueblos” de mundos solares, replegándose en el norte o incluso en la tierra interior intra-terrestre? Que paso finalmente en Europa?

La media, la gran población humana, se encuentra en un estado inter-medio o entre-medio, se encuentra en un estado de inter-grupalidad inter-terrestre. Nos encontramos entre lo extra e intra terrestre, entre lo supra e inconciente, desgarrados por una extraña mezcla, de pelados y peludos, de secos y humedos, de reptiles y monos.

Mircea Eliade sostiene una analogía muy interesante  en su obra Mitos, Sueños y Misterios: “Los dioses supremos de los primitivos están desprovistos de culto, que son considerados dioses lejanos, pasivos e indiferentes, verdaderos “dii otiosi”. En muchos pueblos han sido reemplazados por otras divinidades de menor categoría, pero sin que signifique su total desaparición en el inconsciente religioso del primitivo, ya que en casos de angustia extrema, y particularmente en casos de desastres procedentes del cielo - sequías, tempestades, inundaciones, nevadas intensas, terremotos – el primitivo se vuelve hacia el ser supremo e implora, desalojando de su mente en ese momento a todas las divinidades que lo sustituían”. Este fenómeno se dio entre los mapuches, de hecho esta cita la encontre en el libro "Religión, chamanismo y mitología mapuches" de Jorge Dowling.

Esa entidad suprema desprovista de culto, es lo que Morris Berman llama “la paradoja”, lo que F. Guatarri llama el territorio existencial. Sostengo que estos dos contextos de amenaza, uno de naturaleza hostil (mimesis natural) y otro de artificialidad hostil (alteridad “sobrenatural”), constituyen el dilema y diferencia fundamental entre dos maneras de hacer mundo, siguiendo con el método dialectico argumentativo. 




El replegarse al margen de contextos naturales más hostiles, ha gatillado el proceso deliberado de la intuición del egocentrismo-terrestre liberador paradójicamente gregario en términos de un colectivo étnico “intra-grupal”. Por otra parte, el mantenerse sometidos al centro por la hostilidad de un rival incomprensible por su despliegue tecnológico y manipulativo de todo orden, ha gatillado el proceso deliberado de la imaginación emocional de una ecología-celeste paralela, espectáculo solar dirigido  condicionado, paradójicamente tendiente a un narcisismo autónomo, autómata y tedioso, por una colectividad inter-grupal utilitarista, de ciudadanos pertenecientes a estados virtuales con hipócrita soberanía, trabajando como esclavos por un “plan”… ¿“divino”?  

Balzac bien dijo: “La vida esta en los márgenes”. Con margen no nos referimos a la marginalidad cautivada y esperanzada por los centros, capaz de resistir las penurias más insoportables, que visualizan y justifican como una lucha por posición futura. Con margen nos referimos a la capacidad de establecerse en un contexto calmo, en que el sentido no sea futuro, sino la capacidad de revertir el yugo determinado del pasado y abrir la doble posibilidad de un origen pasado. 


El cazador recolector expulsado del paraíso tomó dos caminos, evocar el pasado de otro tiempo en el mismo espacio o invocar el futuro de otro espacio en el mismo tiempo, mismo tiempo que permite introducir tecnología ilimitada y velocidad, obligando a la existencia, replegarse a un espacio paralelo, a la fantasía freudiana planteada por Marcuse, llevando el inconsciente de la piel de W. Reich, al otro yo de R.D. Laing. 

El tercer libro de Darwin sobre La Expresión de las emociones... (1872) iba a ser solamente un capítulo de La Descendencia del hombre (1871).  Este libro se considera por algunos como el germen de la moderna etología (ciencia del comportamiento animal y humano). Podemos ver como la ecología evolucionista, siguiendo el proceso de Darwin, también se entrampa en emocionalidades imaginarias para dar continuidad al eslabón perdido. 

Volviendo al eslabón perdido, un seguidor de Darwin, comenzó entre sus dos primeros libros, a aplicar la teoría de la evolución de las especies al ser humano, Thomas Huxley publicó en 1863 el libro Evidencias del lugar del hombre en la naturaleza, en el cual decía, tras hacer un estudio de anatomía comparada, que el lugar del hombre estaba en estrecha relación con los grandes monos, particularmente los africanos. Su idea de que el Homo sapiens había evolucionado a partir de un antepasado simiesco, llevó a los escépticos creacionistas pidieran que, si el hombre había evolucionado de los monos, se les mostrara el eslabón perdido entre estos y el ser humano. No ha podido ser explicado, y la religión y ciencia siguen su controversia o “Gran Show”, “The Greatest Show on Earth” en palabras del titulo del penúltimo libro de Richard Dawkins quien sostiene hoy al igual que Huxley, que en África y en particular el Lago Victoria se constituye nuestro origen como especie, clave para ver "The Magic of Reality" o "La pesadilla de Darwin".

 

En relación al humano y sus ancestros, se llamó eslabón perdido a la hipotética especie que uniría a los humanos actuales con sus antepasados simios. Los Austrolopitecos, antiguos homínidos bípedos con un mosaico de rasgos simiescos y humanos, si bien cumplían aparentemente ese papel, con ello no se explica en rigor la forma transicional, sello o clave siempre ausente de la investigación en cuestión. Tal como la teoría de la gravedad por la atracción de las masas de Newton, es sólo una teoría como advierte el sudafricano Jan Lamprecht.

Dawkins, conocido ateísta y representante importante del evolucionismo, entrevistado por Ben Stein, reconoce la posibilidad de la existencia de un diseño inteligente, suponiendo posible así una forma de vida de un nivel incomprensible que pareciera implantada en la tierra desde otro lugar, lugar sin embargo “recalca”  él, en el cual tuvo que haber surgido igualmente por medio de un “proceso evolutivo” o “medios darwinianos”.  

¿Somos entonces provenientes de dos mundos pasados en un mismo espacio presente y no animales-divinos o entidades disociadas por un pasado determinado e insondable, ante lo cual sólo cabe optar por uno de dos futuros paralelos en bifurcación, como son el cielo y el infierno? ¿Estamos obligados a evolucionar hacia otros planos como entidades de luz para no sucumbir en la mimesis con el mundo de la materia? o ¿Somos parte de un cruel experimento utilitarista, que al aceptar como tal, sólo cabe estar por existir?

Para mi esto constituye una diferencia ontológica fundamental, en donde el mismo lenguaje, para hablar de la coyuntural “ontología del lenguaje”, es una gran trampa que nos hace creer que imponer una retórica rigurosamente fundamentada puede atenuar nuestra incertidumbre ante una alteridad que nosotros mismos inventamos para sostenernos como identidad.  




Evocar dos tiempos pasados en un mismo espacio, es muy distinto que invocar dos espacios binarios sobre un mismo tiempo y deber optar por uno. La elección o causal para liberarse de este sometimiento extra-terrestre, no esta en saber “elegir” el futuro-ocaso-artificial, sino conectar con el pasado-origen-natural. Como sostiene Berman, el origen real de la Tradición Dominante o la cueva platónica como un espejismo, es la que él denomina Contra-tradición 1 del ocultismo con Empédocles o exponentes recientes como Aleister Crowley (en ocultismo reptiliano: David Icke). Si bien ambas tradiciones son referentes a la verticalidad de sobrevivencia, evocar el pasado en que se puedan desplegar los instintos reguladores del perspectivsmo nietzscheano neo-pagano, por sobre la conciencia reflexiva teleológica del poder dominante positiva racional – materialista histórico, crea una porosidad y desdibujamiento capaz de abrir el caos natural gozoso dentro de  un cosmos artificial culposo, en donde la intuición real de la paradoja inasible y amable del dios “primitivo” intra-terrestre emerge como genuina amenaza al imaginario de un espectáculo dirigido hacia una supuesta “verdad” de los dioses secundarios falsificados extra-terrestres. El decir "primitivo" sin embargo, genera demasiadas resistencias.

El sistema solar como uno “bi-polar” cuenta con la singularidad de un agujero negro, lo que hace de Apolo y Dionisio como representaciones de creencias y acciones en analogía a un espacio o sistema, son parte de un orden y no uno excluido o en pugna del otro, por lo tanto, “avanzar al centro solar” de un orden, no implica “elegir” por uno abortando el otro, al menos que al fenómeno particular se le quiera dar una “utilidad para con un supuesto superior” o tesis sostenida en una antítesis. Pero como dice Nietzsche: “La utilidad del fenómeno no constituye la razón de su génesis”. Wittgenstein dijo que la precisión y rigor del lenguaje no necesariamente mejoran la comunicación. Machado dijo: “En mi soledad - he visto cosas muy claras - que no son verdad.” No se puede sustituir el territorio existencial por los incorpóreos universales en términos de Guatarri.  Los extra-terrestres saben, que abandonar lo "primitivo", sea negando, tergiversando o pretendiendo superarlo, nos deja en el estado más vulnerable. La novedad y ligereza de la melódica vanguardia, olvida el latido de su propia evolución. El violentar nuestro misterioso origen con "pseudo-divinidad", crea el desgarro, la falla básica, la disolución del vínculo étnico por la del moderno ciudadano de fe-razonable en términos de Agustin.



Lo interesante de todo esto desde mi perspectiva, no es saber por medio de los rollos del mar muerto, si Zecharia Sitchin pueda afirmar si los Annunakis son efectivamente los dioses sumerios, si el intervencionismo es la nueva fe de los ateos que ahora pueden rechazar con propiedad a  Dios o la Biblia, si en biología molecular puede encontrar la firma de algún diseñador extraterrestre que nos fecundó como maíz, o si en el código genético del primate se colocó el sello de la conjunción del cromosoma 2 con el 3 infiltrando reptilianos o capataces “grises” entre nosotros para hacernos esclavos y robarnos el oro como si fuéramos los Bastardo de Voltaire. (Ver: 1,2,3 y 4) No me interesa saber si efectivamente existe otro planeta en nuestro sistema llamado Nibiru, que da vuelta al sol en una larga órbita elíptica que dura 3.600 años para pasar entre Marte y Júpiter alineados justo el 2012 cuando estemos en la septima casa.

No me interesa avanzar hacia las certezas de este relato para acusar a estos titanes e ingenuamente enfrentarlos con mis discursos ingenuos. No creo que una especie tan evolucionada sea tan poco elegante o al menos fina para destruirnos con un diluvio universal o una tormenta psíquica, por medio de geo-terrorismos,  aprovechando la coyuntura de un alineamiento planetario. Todos estos entretelones,  son a modo de una teleserie intergaláctica,  como una guerra de las estrellas en un viaje por las estrellas hacia el encuentro cercano del tercer tipo, donde la invasión es ET, que se robó nuestros tristes corazones sugestionados y preocupó al parlamento suizo por la posible desobediencia que pudiera crear, escuchar el corazón abducido en sueños por los chicos buenos malos, el cliché del lobo con piel de cordero. ¿Y el diablo que mete la cola que pierde el feto a los 4 meses de gestación?


  

Lo interesante es advertir que la existencia del espacio infinito como realidad, permite que tiempos aparentemente pertenecientes a mundos paralelos, sólo se encuentran  distanciados por años luz, lo que permite al espacio infinito del universo, poder explicar los eslabones perdidos que fueron instalados en nuestro acotado proceso evolutivo, que fue alterado, como una explosiva mezcla de sangres, que básicamente crean nuestra concepción binaria proveniente de dos mundos, pero en un mismo espacio concreto. ¿Por qué existen tipos de sangre?


 

La urbe antigua regida por la astrología, oráculos, templos de sacrificio, mandatos descabellados y lugares para realizar mandas o confeccionar mandalas, todo con el fin de aliviar  fervientes seguidores, se ha tecnificado al reducir probabilidades de lo incierto por medio de otros soportes: algoritmos prospectivos en movimientos bursátiles o la economía urbana, en donde la naturaleza metamorfoseada en una aldea global ecológica, sigue sintiéndose bajo amenaza, sigue sintiendo el miedo a sí misma, sigue requiriendo de certezas paralelas que colapsan día a día, donde ya con suerte “creo que creo” en algo, como la idea trasnochada de Dios, democracia o estado ante el mercado, que aunque presenta “revivals” o mejor dicho remakes de vez en cuando, no cuenta ni ha contado nunca con la mas mínima capacidad de cohesionar localmente colectivos ante su devoción por el mercado global y sed individual, que olvidando la capacidad de soñar en el estar de su aldea encantada, desencantados trabajan y duermen la pesadilla de ser mineros esclavos de una corporación extra-planetaria, con la cual anhelan una perturbada venganza para volver a ser "radicales libres". 

Si bien muchos científicos dentro de su afán de ser políticamente correctos, Galileo, Newton, Einstein y Planck incluidos,  han afirmado que la religión y ciencia no son incompatibles suponiendo posible articular este paralelo demencial entre fenómenos y noúmenos como el fenomenalismo de Kant; muy lejos de unirnos como humanidad, nos dividen en una tensión oculta y tortuosa, que debemos soportar todos en tabú, solitariamente como especie empatada, hasta llegar a la encrucijada futura de la muerte, en donde dos espacios deben bifurcar, en que para salvarse hay que morir abandonando el cuerpo, perdiendo toda posibilidad de volver como ancestros a advertirnos desde el pasado. 

La ciudad de los muertos, las cremaciones, nos impiden volver a la tierra amada, nos obligan olvidarnos, para seguir una fuga lineal abandonando el ciclo del retorno. Nos invita a la novedad, a una armonia en fuga siempre cambiando, donde se olvida el pulso, de un rito milenario, que se repite y repite. En la ciudad como en la caza o en un campo de batalla focalizamos las  cosas y medimos distancias, imaginando formas para imponer a ese mismo foco neurotizante que debe ser categorizado y domado, una mirada desdibujada en cambio abriría la experiencia del mundo, la gente y las cosas.

A veces en la paranoia misma de esa tension, la disonancia ensordecedora de un artificio ajeno y venerado de alguna ciudad-sacra sacrificial "urbi et orbi", como en un brusco y constante cambio de temperaturas entre espacios contiguos y opuestos,  siento como que nos tuviera postrados con una enfermedad crónica, por comer mucha azúcar refinada o aspartamo, dejando que Monsanto patente la estevia y agregue otra victoria transgénica en su lista interminable. 




Nos encontramos atrapados en un mismo tiempo universalizado por una enciclopedia, simplificados por un gran libro zoroástrico escrito luego en distintas religiones, confinados en un espacio acotado y reduccionista pero estandarizado y eficiente, creyendo en nuestra desesperación que existen espacios paralelos o trascendentes como la dimensión de un Dios antropomórfico que creemos nos puede afectar y salvar como los dioses secundarios de las catástrofes mencionado por Eliade, productos del espejismo, de la fantasía e imaginario reafirmado en la cultura pop de masas, todos nosotros borregos reactivos a la opresión mental y física, de no poder simplemente estar en la presencia despejada del espacio infinito real y vivir la  inmensidad encantada del mundo en este, mundo sujeto a la creencia de dos fenómenos en apariencia paralelos y distanciados por la representación, que sin embargo son parte de un mismo espacio infinito y concreto, como fue para Dorothy abrir la cortina en el Mago de Oz. Tanto charlatán representante de un poder sin sustancia alguna.

La especulación matemática como aproximación a descubrir en sistemas numéricos de aritmética, algebra o cálculo las leyes más asombrosas de la forma (George Spencer Brown), nos lleva sin duda a un alineamiento y acercamiento tecnológico con los confines de este espacio infinito y la autonomía como entidad autopoiética artificial ante la mimesis terrestre natural. Pero Guatarri como mencionamos anteriormente hace sin embargo una distinción entre dos desterritorializaciones subjetivas o virtuales: las universales incorpóreas “posibles”, a lo cual nos referimos con esta aproximación numérica a la forma por decirlo así “extra-terrestre”, y el territorio existencial real o lo que llamamos “intra-terrestre”. 


 

Es importante recalcar siguiendo esta lógica, que la dimensión extra-terrestre por infinita y paralela que parezca, es parte de esta misma dimensión o espacio vivo y concreto. En cambio la dimensión intra-terrestre abre efectivamente al espacio paralelo inasible de la muerte y el origen misterioso propio del primate. Son las dos desterritorializaciones subjetivas independientes. 


 

La negación visceral de lo intra-terrestre ha llevado a la exaltación ciega por lo extra-terrestre. Creer que existe discontinuidad espacial con esta “intervención inteligente” y atribuirlo a una “dimensión divina”, hace de esta misma causa ya tergiversada, una manera errática de explicar el sentido y destino de la misma muerte. 


 


Desde donde venimos no explica que allí mismo volvamos, no explica hacia donde realmente vamos. El cielo como infinito supuestamente “paralelo” a la vida, es una falsificación que ha intentado explicar y resolver el dilema de la muerte, como las ideas o incorpóreos universales, son una calumnia al misterio del territorio existencial intra-terrestre, custodiado por hiperbóreos. 

 

La memoria sueña la dimensión de los antepasados, conecta con un genuino "otro" plano, el futuro es un espejismo narciso emanado por los artificios urbanos o agentes catalizadores, sugestivos, telepáticos y abductivos de la ciudad informativa y el ruido, una escalada de pretenciosas dimensiones del ser que hace para más ser o ser más, el conocimiento y la sofistiación confucionista disfrazada de la falsa modestia perenne, que como objetivo tiene opacar, distraer y desviar el despliegue del afecto en el mundo, del contacto y contento real, con la crudeza y la fragilidad humana, su preciosa incoherencia y desdibujamiento de roles, del estar juntos en un lugar concreto y vibrar en presencias insignificantes y grandiosas, una cotidianidad de pequeñas actividades sin grandilocuencia-ghandiana, que no requiere de pactos con dioses secundarios para difundirnos en omnipresencia, en donde un dios real del lugar se encuentra en silencio y riendo de tanta estupides.

La oculta represión en espacios acotados, encapsulados, asfixiados y tendientes a la homogeneidad e inercia como plantea Prigogine en su interpretación a como el fenómeno de la materia se comporta de acuerdo al segundo principio de la termodinámica, efectivamente crea un efecto reactivo en la mente, que se repliega a una trinchera paranoica bajo premura, acechada por un virus invisible y mortal que sólo incomoda como un gato sádico, que obliga a la mente enmascarar el cuerpo real, presentando el “otro yo” de la personalidad como un disfraz y antifaz, habitando el real en un solitario paralelo, en una especie de capilla imaginaria, que abre para manniobrar los hilos de su marioneta en forma sigilosa, como tener una verdadera “second life” virtual que pasará a ser mas relevante que la misma primera vida, una ventana que se vincula al mundo y cree lo que el mundo es desde esa ventana, un yo otro mas relevante que yo, una matrix con cierto grado de porosidad y desdibujamiento, en que no logra ser represión, sino que un acuerdo oscuro de habitar “suelos supresivos”.  Los suelos supresivos son aquellos en los cuales el patógeno no consigue condiciones ideales para establecerse o persistir, pero allí esta, generando un dominio vital imperceptible, en la automatización del acto y la abducción en el sueño.




 

Nos permite elaborar estrategias de resiliencia, mecanismos adaptativos o estrategias de afrontamiento sustentables, paralelos al impersonal aprendizaje cibernético de la comunicación colectiva e ilusión del verbo numérico estratégico, de la educación formal que para pocos tiene sentido, mas allá de ser una programación en la cual aprendemos a levantarnos por las mañanas. 

Este aparataje,  alineado con el ser de la ontología del lenguaje, representando de manera geométrica-fondo y antropomórfica-figura en la ciudad, como porción de cosmos en el caos según Ortega y Gasset, como el lugar de amparo, salvación, iluminación o en simple “alivio y paz”, capaz de atenuar la propia incertidumbre en la medida que valida su misma identidad fabricada, producida, elaborada y sostenida. 






Esta ciega necesidad individual no advierte sin embargo que el círculo vicioso  y tedioso de ese proceso discursivo colectivo limitado, cerrado y acotado por una convención, si no se alimenta de sofisticación y complejidad informativa periódicamente, finalmente muere o colapsa, devorándose a si-mismo como la profecía auto-cumplida de la serpiente mordiendo su cola. 


 

El doble mensaje de Bateson, es un mecanismo magistral que acusa las claves que crean los factores patógenos de la conciencia, el factor causal de la génesis de la esquizofrenia. Capitalismo y esquizofrenia (Deleuze y Guattari) están directamente asociados en este sentido, el capitalismo como efecto es la concentración de riqueza, porque un individuo pudo y  tomo ventaja y propiedad sobre un entorno común, al contar con el “ingenio suficiente”. 

Todo esto sin embargo es sólo posible porque el “contexto” al “delimitarse” se cierra, tendiendo a la homogeneidad, mimesis e inercia planteada por Ilya Prigogine, que constituye la raíz del miedo y desesperación inconsciente de la entidad que bajo premura asfixiada por la  normalidad, prioriza en sí, por sobre el colectivo todo, que sin indivualización posible representa la amenaza de "la media" a la que un psicótico siente el deber de liquidar o devorar. Schopenhauer decía, que mientras más conocía al hombre, más quería a su perro. El "divide para reinar" de Maquiavelo "divide et impera" es preciso al caso, los secretos de dos no son de Dios y deben ser administrados por un tercero. La naturaleza egoista del hombre, supuestamente destapada por el neo-liberalsimo, es un gran engaño.


 

 


El ensayo: La Tragedia de los Comunes escrita por Garret Hardin, acusa como el sentido por la conciencia colectiva promulgado en estos artificios crecientes, en realidad oculta el  miedo creciente a estos mismos dispositivos, que han llegado a una escala irreversible. Este proceso de la creciente necesidad de información en la urbe es perfectamente advertido por don Jaime Garretón en su “Teoría Cibernética de la Ciudad”, quien explica la evolución de la ciudad y constitución de lo que se conoce por “civilizaciones”. Su teoría si bien tiene como objetivo hacer más eficiente los procesos de la comunicación en la ciudad, no advierte la importancia de la “experiencia”  por sobre la estadística que induce a deducir, de la cual se usa y abusa como claramente expone Joel Best en su libro. 


 

Las  teorías de Kant y  Hume, acerca de la estadística como experiencia y la genuina experiencia respectivamente, son hasta hoy las dos fuentes usadas para el desarrollo de la inteligencia artificial según Manuel Delanda.  No por nada Paul Virilio dijo: "La filosofía es un producto de la ciudad". La filosofía, fuente de nuestras creencias más profundas, ontología gatilladora de toda epistemología, es un producto del artificio urbano intervenido por poderes oscuros de persuasión, que nos programan por medio de una verdadera inteligencia artificial y autómata, exiliando la existencia a un mundo paralelo, impidiendo el estado presente de uno estar vivo en el mundo, estar por existir, sin desesperaciones de hacer para ser.  


 

Sin embargo la expansión de este aparato raro, que abre a un paralelo psíquico por una represión somática articulando en el imaginario fáustico de la fe por un fraudulento y falsificado eslabón perdido, es muy distinto a intuir en la piel gozosa de la inmensidad viva de un solo espacio infinito extra-terrestre, esta dimensión paralela de lo intra-terrestre. 


 

Las culturas más ligadas a la intensidad natural del mundo y el espacio infinito, sin recurrir a representaciones artificiales paralelas de delirios amorosos pretenciosos (sin muerte) producto de una contraposición inconsciente  con un espacio asfixiado, están paradójicamente más cerca de la vida y muerte como ciclo real de la evolución trastocada por un extraño intervencionismo creído creacionismo. 

Creo que existen trampas con el infinito, y es dificil distinguir su fantasía como compensación mental o su idea como la vivida por Giordano Bruno en el desierto bajo la inmensidad de un cielo estrellado. Como distinguir la diferencia entre imaginar lo infinito y vivenciar lo inmenso? Oswald Spengler decía que el símbolo primario de los antiguos era el cuerpo; el de los arabes, la cueva; el de los occidentales, el espacio infinito. Sin creer en el apocalipsis del 21 del 12 del 2012, quizás estamos llegando a algun puerto. Quizás estos terceros, no robaron la experiencia de lo inmenso en el cuerpo y nos instalaron un dispositivo falsificado de una mente que divaga en el símbolo primario de infinito sin necesidad de cuerpo?


 

Si bien somos primates de origen intra-terrestre, somos también extra-terrestres reptilianos subyugados  por la serpiente. Sin embargo el tacto y la presencia de visión periférica con el mundo, evoca el pasado intra-terrestre y guarda la distancia necesaria pero real con nuestro origen extra-terrestre. En cambio, la visión enfocada en la fuga emotiva de un viaje imaginario, invoca un futuro extra-terrestre de salvación eterno e inmortal, que niega nuestro origen intra-terrestre y con ello el territorio de la existencia, que del goce infinito en una noción de espacio inmenso, puede renunciar, retornar y renacer. 

Un espacio cibernético divino como falso paralelo del eterno infinito, ha tergiversado la noción del misterio de la muerte que habita en un genuino paralelo misterioso con el espacio infinito que encanta sin engañar. El ilusionismo juega con distraernos con focos.


 

El intervencionismo mejor que el evolucionismo, acusa la nociva y represiva noción de la religión y su creacionismo, al igual que el mismo relativismo evolucionista, ordenado con toda paciencia en el tiempo por un supuesto azar que no es responsabilidad de nadie. Dios se esconde en un espacio paralelo de representación inabordable, avalado por la ciencia y custodiado por los moralistas del misterio, los administradores de la fe, autoproclamados  voceros de estas representaciones misteriosas y estériles de impotencia, extra-terrestres avanzados que llaman dioses, falsificaciones divinas de segunda. 


 

Bertrand Russell dijo que si se le apareciera Dios alguna vez le diría: “Sir, why did you take such pains to hide yourself”. Señor, porque se tomo tantas molestias en esconderse tanto. 


Por qué esa obsesión de conservarse intacto por toda la eternidad?

 


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