¿Quien no tiene irresueltos en su infancia? ¿La carencia de sentir no haber recibido la confianza necesaria para vivir? ¿Miedo a sentir que su capacidad de demandar cariño es insuficiente, a pesar de todas las apariencias forzosas que se emprenden en esa conquista? El hijo siente no pudo conquistar a su madre en su infantil pero concreto recuerdo de carencia, y cree que la solución a esto es idealizar esta condición sentida en un Edipo que da figura y apacigua ese ruido. Edipo como idea articuladora que da objeto pero distancia el sentir en una visión dominable (idea). Por lo tanto la idea, o mas genérico un ideal, desde mi perspectiva es una sublimación (luz absoluta) de un afecto dañado (calor fragmentado).
Es como la parte sin todo de
¿Que mas genuina entrega puede existir de un hombre hacia esa mujer madre y luego otras? Cada mujer que se conoce en su específica manera, porque el foco no es un montaje hecho a cualquier mujer sino la presencia de cada una de ellas, que afecta, que conmueve en su particular e incomparable manera. Aquí la madre es una categoría distinta, como las hermanas, son otras mujer que no compiten, ya que no son participes del mismo espectáculo que el conquistador monta para todas. Montaje de coherencia que puede ser lúdica e incluso sensual, pero auto-centrada en fin.
Complacer una mujer por medio de la anticipación de sus actos (saberla leer), no creo tenga relación con amarla y dejarla ser, sino tiene relación a este dominio escénico, renovado en esta nueva performance teatral del falo ideal que muta y se transforma en novedad permanente. No creo en la conquista eterna que renueva, si en la intimidad y complicidad que conecta.
Hoy la brutalidad se disfraza de romanticismo, y a esto se le llama civilidad… para mi es la hipocresía. El hombre desea algo pero muestra otra cosa para poder articularse por así decirlo al ritmo de la mujer, sincronizar con lo que ella quiere ver como fantasía en este arquetipo-virtual. Otra vez en la experiencia de piel y carne, donde el cariño y calor queda dañado, se crean estas distorsiones de afecto que subliman en formas ideales, Edipo y Elektra acentuados hasta hoy por un trasnochado romanticismo, que oculta la experiencia real de la fusión quimérica de la carne.
Es fascinante la doble condición edípica, en que el padre se imita o enfrenta para conquistar a la madre. El padre por lo tanto, es simultaneamente un referente que se idealiza y un enemigo que se teme.
Estar desnudo y ciego de apariencias es la mejor manera de tocarse con una mujer, llegarle a su corazón sin auxilio del alma. Pero es lo que más cuesta, implica sanidad afectiva y buen vinculo materno (que muy pocos tuvieron como corresponde). Sin esta sanidad el vínculo desequilibra en delirio de poder, manifestación mas aborrecida del machismo. El celibato y la abstinencia desde mi visión son una salida fácil a no abordar este vínculo del cara a cara con otra, sustituido en un Dios Narciso o Dios Alter-ego, que ama su imagen y por sobre todo ama a las feligresas que aman su imagen. El síndrome mesiánico viene en todos los tamaños, formas y colores, producto irresistible a nosotros los machos que se respetan.
A la mujer le crea ternura y humor esta actitud teatral del conquistador irreductible, pero no es lo que busca en un hombre, es como la ternura que le crea a la madre las gracias de su hijo, quien le muestra su pene y le baila en ingenua seducción. No hay nada mas gracioso ver cuando un conquistador (y verse uno tambien) se ve expuesto con su teatralidad de una manera que no esperaba. La mujer si se admira por estos conquistadores es a su vez por su propia carencia de padre (Electra) que construye en imágenes majestuosas y principescas de amor. Pero creo que el contacto se revela en la realidad menos teatral, escenario femenino y misterioso. El de la DIOSA DEL SEXO.
Para la madre siempre seremos estos niños con afán de demostrarle cosas, al menos que se caiga en vínculos torcidos. Le demostramos para su aceptación, por la necesidad de cariño en una carencia que no fue tratada en su momento, tuvo rechazos o consentimientos que arraigan inseguridades o confianzas para la conquista, pero que en ninguno de los casos aborda la raíz del genuino vínculo con ellas y desde allí con las mujeres. Incluso creo que esa sensibilidad atribuida a ciertos hombres sensibles, amigos de las mujeres, no tiene que ver con comunión y contacto, sino con espejismos, él no esta atento de una otra u otro, sino de su impecable performance ante todas, un eterno montaje sostenido en el terror a descentrarse, salirse bajar del escenario y conectar.
4 comentarios:
Gracias...your blog is quite impressive...
Hello Andres! Thank you for your visit. Your blog is very interesting! I do not know write in Spanish, but I understand. I love the way you expressed. Kisses.
Gràcias por la visita, te visitarè tambien, ¿Actualizaràs pronto?
Hola Andrés, cómo estas, espero que muy bien. He estado leyendo y masticando bien lento estos ultimos días los textos de tu blog, nose bien cómo comentarte, por lo mismo que te comento, de digerir a largo plazo, porque tratan de temas de largo plazo. En fin, sobre todo en esto que escribes de la mujer, madre y arriba-abajo del escenario me toca varias fibras, te agradezco mucho haberme topado con esto, con la sinceridad y sencillez de tu forma de plantear. Entiendo mucho a la Nacha todas las veces que me hablaba de ti con mucha admiración.
Muchos saludos
RAÚL
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