Desde
la industria del espectáculo renacentista, a toda maestría en un oficio se le
llama ser artista. Pero el arte es la vida toda y no el genio por un
virtuosismo, a la que automáticamente se le otorga el rol de ser el talento de
alguien singular, que el resto de los mortales-normales vemos en los
espectáculos dirigidos por la administración de estos mismos espectáculos desde
el renacimiento….
¿Llamarlos
Mecenas, como a los Rockefeller llamarlos filántropos?
Son
los proxenetas de un negocio muy lucrativo, que
enriquece a los que ellos determinan como “virtuosos” y anula a la masa de
espectadores frustrados de no poseer singularidad. Obviamente en este
escenario, no quieren que descubramos que el “arte” está en la vida misma ya
que se termina el negocio del arte, que pasaría a estar en todas partes y
especialmente: en todos. Nadie se aglomeraría en torno a un “fenómeno” hasta el
hacinamiento y las reuniones serian genuinos eventos de la comunidad.
Como
dios no está solo en las iglesias, la justicia no está solo en los tribunales,
las iniciativas no están solo en el parlamento o la energía para mover el mundo
no está solo en los bancos.
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