La genuina resistencia al orden es tergiversada en forma
de evasión al orden. El primero desdibuja y sitúa el orden ya que no lo toma
tan en serio, el segundo toma el orden tan en serio, que le es más fácil evadirse de
él en una fantasía autocomplaciente, que es justo donde el te quiere ver.
Comentario al artículo de “Es usted Posmo?”
No sé por dónde empezar a discutir. Si bien “posmodernismo”
puede ser visto como la relativización evasiva del orden moderno, acusa un
genuino anhelo de que el mundo como orden civilizatorio, es un mecanismo de
adoctrinamiento de unos pocos sobre los muchos. Ya no impulsa o mueve lo que
llama: “el interés de comprender la realidad y su sentido con valor intrínseco”,
ya que ese “valor intrínseco” es manipulado por “lo administradores de la fe en
ese valor”. Esto se “siente” en el aire, pero va a tomar forma y logrará el
peso que usted tanto incita.
Un ejemplo: Que te digan “no seas tonto” (de manera
genérica), no es lo mismo que te digan “no te comportes de manera tonta” (como
un hecho puntual). Respecto a un proyecto puntual o un acuerdo, es de sentido
común más que un deber ética, no atropellar ni ser incoherente con respecto a determinados
parámetros establecidos en ese acuerdo; sin embargo llevar esa estabilidad al “ser”
como actitud permanente a todas las circunstancias, exigiendo coherencia y
estabilidad a una “idea” que deberíamos tener de nosotros mismos, me parece
demencial.
Es efectivo que alguien de carácter estable, predecible
y sujeto fiel a las normas, moldea un estereotipo que da garantías al resto (sobre
todo a los Bancos), pero el personaje “sin novedad”, es una bomba de tiempo,
sujeto a una imagen incomoda y estable, que si bien es funcional a un sistema,
terminara construyendo un “otro yo” para dar rienda suelta a sus “sutiles perversiones
cómplices” o brotes psicopáticos dependiendo del caso.
La seriedad y creencia en un progreso solido,
asfixia el posible desdibujamiento del género humano y su piel que debe
respirar. Estar permanentemente alineado a una organización u orden, habla de
una gran desconfianza con la ductibilidad de la vida. La falta de seriedad,
entendida como atmosfera de liviandad y divagación imprecisa, es un mal entender
que es lo espontaneo, emergente o la pasión. La distracción ambigua y divagar
del zapping, ante la rigidez del orden, es un mecanismo de escape posmoderno útil
al sistema, pero la genuina necesidad de intensidad, goce y pasión es muy
distinto a ese "no está ni ahí" evasivo que usted critica.
¿Como algo dúctil y blando va a ser firme para
contradecir? No se trata de defender “otra postura”, se trata de desdibujar la
convicción de que se debe tener permanentemente postura. Ciertas circunstancias
como acuerdos o proyectos son fijas, pero la vida no tiene verdad o camino a
priori y llamar eso “superficial” me parece testarudo, demasiado serio y francamente fome. Me parece incluso cobarde,
ya que enfrentar el mundo desde la nada, es más valiente que seguir una verdad,
y francamente más entretenido. Si usted quiere estar siempre en deuda, con no
cumplir expectativas que tiene sobre un usted mismo ideal, sujeto a los cánones
de alguna verdad que milita como doctrina, es válido, yo quiero ser ateo, lo
que Nietzsche dice significa “sin-deuda”.
La clásica ilusión de arreglar el sistema desde
adentro, de esforzarse por tener una posición para defender lo “correcto” con
autoridad… para mi es más ingenuo que el "no está ni ahí". El sistema
no requiere correcciones, requiere cambios radicales, y esto parte por algo muy
simple que le hará eco a cada cual a su manera. “No te tomes tan en serio”.
Esa expresión decimonónica suya para rematar su artículo:
“extremar el derecho a la gama de manejar el propio cuerpo”, pregunto: ¿manejar
el propio cuerpo es algo que le asusta? Lo invito a leer “Cuerpo y Espíritu” de
Morris Berman, donde pueda ver que evasión reactiva es muy distinto a la búsqueda
de pasión mas “acá” de un imperativo moral en fuga y perdido en algún campo de
exigida y esperanzadora entelequia.
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