He realizado un comentario en el blog Jaque al Neoliberalismo, en que se ha publicado un link y comentario de Zizek llamado: “Cuando la comedia es peor que la tragedia original”.
LA COMEDIA DE UNA TRAGEDIA, MUNDO INVERTIDO.
Es interesante cuando Zizek explica en una de sus tantas charlas como el capitalismo ha generado que no sólo se deben hacer las cosas obligatoriamente, sino que además debemos convencernos que nos gusta hacerlas. Marcuse fue el gran critico de Freud como creador del “yo para burgueses” con su psicoanálisis (llevado a USA por su hija), pero luego replanteado brillantemente por Lacan, que justamente es un gran referente de Zizek. En este sentido es interesante como Zizek acusa ese absurdo intento de sostener algo insostenible por medio de la inversión del dolor (tragedia) en placer absurdo (comedia como una farsa). El capitalismo ha ganado tantos espacios que ha dejado a la pequeña izquierda (no renovada por suerte aun) atrapada en pequeños reductos fundamentalistas, trasnochados de insomnio y sin ese surrealismo capaz de acusar con certeza ese racionalismo formal hoy pan de cada día tedioso, si nos sacamos los 3D de la absurda farsa virtual que entretenida mueve al mundo feliz sin aparentemente agotarlo.
Concuerdo con Zizek que no se trata de construir un ideal o conciencia de izquierda para sublimarse del consumo, sino por lo contrario analizar de la manera mas pragmática posible como opera en concreto este fenómeno. En este sentido como dice Nietzsche las ideas son una calumnia al mundo, invierten la noción de las cosas redimiendo a los viles con su ilusorio “ideal ascético”, como el capitalista desquiciado que se autoproclama benefactor y salvador del mundo, aliviando con su propiedad privada las atrocidades que esa misma institución ha generado (dice Zizek).
Se requiere un neo-materialismo, un chocolate que tranque y no sea por lo contario un laxante, un método para desentrañar las cajas negras sin que nos distraigan con palos blancos. Como diría Fernand Braudel, ver las estructuras de de la vida diaria en la historia mas allá de sus grandes “acontecimientos” estructurantes de los mega-relatos. Otro filósofo actual muy interesante y desde mi punto de vista alineado con Zizek, experto en Deleuze (a quien considera el único filosofo auténticamente materialista), se llama Manuel DeLanda, y tiene una charla a fin al tema, llamada: ‘Democracy, Economics and the Military’.
En este mismo sentido, ese decir que lo público se construye con aportes privados, justamente va en esa dirección de que entidades privadas puedan en un futuro suplir la redistribución del estado (hoy estados camaleónicos y maleados por agentes externos), pero todo esto para un bienestar “caritativo” a costa de la impotencia de desempleados, algo muy distinto a subsidiados en algún tipo de hacer cualquiera mas digno y rico para la interacción social en algun sentido que escapa a lo "medible", pero que es fundamental para el alma viva e insondable de un pueblo real y no uno con "ethos" prefigurado, moldeado a imagen y semejanza de una triada ilustrada, vociferada hoy, por un ingenuo y trillado progresismo civilizador.
Son redistribuciones diametralmente opuestas.
El estado redistribuye por propiciar la heterogeneidad de búsquedas, innovación y tendencias varias por la apuesta de constituir un territorio de riqueza y diversidad cultural a “escala real” se podría decir. Es un fenómeno interno, que Edward Hall denominó “intra-grupal”.
El privado por lo contrario redistribuye para “salvar” el hambre y desempleo local, producto de una “apertura” desenfrenada a lo externo. Usando su “imagen” de territorio a “escala virtual” como el orgullo de un pueblo aparente pero absolutamente anulado. La “imagen país” como indicador de un bajo “riesgo país”, esta operación tiene relación al fenómeno inter-grupal (también de Hall). Tiene relación a esa falsa modestia, de la cultura desinteresada de Kant, quizás peor que el ímpetu adolescente por esa imagen de civilización que tienen los progresistas, ya que no cuenta con ese orgullo ingenuo por lo coherente, sino mas bien es decadente y doble-estandard, camaleónico como Berlusconi diría Zizek. (Ver articulo: "Civilización como una "forma de cultura". )
Se podría decir que Hayek, Friedman y Popper dieron vuelta a Keynes, invirtieron en que se invirtiera el sentido del estado, o una versión mas paranoica podría plantear que Keynes les armo la plataforma, como Nietzsche dice que la tesis de Dios (analogía en este caso al neoliberalismo), existe por la oposición a su antitesis demonio, en este caso el Estado del “new deal” keynesiano.
Por lo tanto lo triste para la izquierda creo yo, es que la ascendencia del neoliberalismo no se debe tanto al atractivo concepto de Shock de
“Todo esto nos lleva a la cuestión de cómo los neoliberales llegaron al poder. No se trató simplemente de las elites utilizando al ejército o manipulando la democracia para imponer un programa neoliberal en una población reacia al mismo y aturdida, que es la imagen que la explicación de Klein -intencionadamente o no- transmite.”
“Ni siquiera fue éste el caso del ejemplo paradigmático de Klein, Chile.”
“En la ascendencia del neoliberalismo estuvieron implicadas las elites y los militares en acción conjunta con una base de masas de la clase media contrarrevolucionaria que controlaba las calles, con las juventudes cristianodemócratas uniéndose a sus parientes más fascistas, Patria y Libertad, a la hora de intimidar y propinar palizas a los militantes de izquierdas.”
“El neoliberalismo, de hecho, se convirtió en una corriente de "sentidocomunista" (PPD y socialismos renovados incluido el reciente progresismo-meo ) que incluso allí donde los partidos socialdemócratas alcanzaron el poder, desplazando a los tradicionales partidos conservadores del neoliberalismo como ocurrió en Gran Bretaña, Chile y los Estados Unidos, estos no se atrevieron a reconstruir el estado intervencionista liberal e hicieron de su centro el rendir homenaje a la "magia del mercado".
4 comentarios:
¡NO!, absolutamente no, "mucho mosto y mucha musica", decia Cornelio Saavedra antes de entrar en la Araucania y casi fue asi, para conquistar el corazon de los pueblos los ejercitos forman parte de la parafernalia de las apariencias, unos fuegos artificiales brutos que quizas te vuelen los dedos, quizas hasta la mano, pero la colonizacion del deseo no necesita milicos sino objetos y asi quedamos esclavos, unos esclavos bastante felices, contentos de nuestra suerte y hasta alegres ante la perspectiva del progreso, optimistas como yo, convencidos que vivimos en un sistema poroso al que aun le podemos hacer mas de un gol.
Hace tiempo no necesitamos milicos ni petardos chinos, las multinacionales pasan las fronteras como un virus sin sistema inmune que lo resista, y que incluso resista sus encantos. Con metralleta en la raja todos trabajan ya no es necesario, se nos ha metido un chip (¿por la raja también quizás?) adictivo de la realización y dignidad que supuestamente genera el trabajo. El capitalismo tiene mas cómplices que detractores, nos alinea rápido con su camaleónica estrategia, la parafernalia responde a su centro por el que todos compiten en movimientos armónicamente desenfrenados (¿velocidad tan idolatrada?), lo colateral que genera ni siquiera se mira, pero todo despilfarro y sofisticación porosa genera una cuenta, que obviamente paga el que le meten los goles, no el que armo las nuevas reglas del juego.
Un articulo en la misma linea:
http://ulpilex.es/psiko/los-mantras-de-la-politica/obligados-a-imaginar-la-salida-de-este-sistema/
Un saludo
Es interesante lo que apunta Manuel DeLanda a propósito de esta "inversión del mundo" que mencionas (una tesis de Hegel). DeLanda plantea que la hegemonía del capitalismo no emerge de la revolución industrial del s.19 sino del poderío bélico del s.16, concordando así con David Harvey cuando señala que el Vaticano fue la primera institución del mundo capitalista. Me parece que estos son temas centrales a debatir, más aún cuando el 0,1% de la población posee el 33% de la riqueza del planeta; el 1% el 42%, el 5% el 80%, el 10% el 90%, y el restante 90% de la población "se reparte" el otro 10% (y también de manera desigual, desde luego)
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