LA TIERRA NO ES UNA MADRE
Cuando perseguía el día que me recuerda moriré,
Su memoria sin mirada me perdió entre las cosas del mundo,
hizo del excremento y mi sexo un oro tedioso que ya no añora nada,
semillas milagrosas de un reino que espero nunca me toquen.
Crecieron así tristes y la madre fue arrancada de su huerto,
lapidada por un castillo y puesta sobre una torre en el cielo.
De envejecerme en su sonrisa, tan sólo la imagino joven,
tan sola y la imagino eterna.
miércoles, enero 09, 2008
LA TIERRA NO ES UNA MADRE
Publicadas por PALOBLANCO-CAJANEGRA a la/s 10:15 a. m.
Etiquetas: SENTIRES
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1 Comment:
siento un grito que suena a mis propios gritos....
siento una voz que suena a mi propia voz....
siento un destino que busca mi propio destino....
siento una misma sed que solo sacia el propio vino....
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