miércoles, septiembre 19, 2007

Vamos al grano del veneno:









Vamos al grano del veneno:

Teoría no es hacer un paralelo a la vida, situarlo en el campo de la posibilidad e intentar validarlo para atenuar la propia incertidumbre y de paso creerse depositario de algún tipo de salvación que merece aplauso; teoría significa hacer un prisma íntimo, que jamás se explicita en discurso pero manifiesta en acto, capaz de mirar y remirar todo sin nadie, cuestionarse tanto y nadie al tanto, hasta revelarse en ese acto de estar entre, una necesidad de derribar ese mismo prisma que nadie conoce, que nadie presiona su coherencia o deber ser que tanto mueve al mundo. Deber por culpa ante otros o deber por la ilusiones de alcanzar un alter-ego, da igual.

Una teoría de verdad, no da paz o aquieta y calma ante la mirada del mundo... por lo contrario angustia y mueve, inquieta y atormenta en el propio silencio y inalienable soledad.

El mundo no es controlado de antemano, pero si es controlado por unos pocos quienes anticipan actos planetarios con una dramática y sistemática disminución de su margen de error, una probabilidad que viene del caos bruto a un determinismo con sutilezas insospechadas de manejo, que algunos prefieren obviar y decir imposible, por el simple hecho que no alcanza a calzar en su margen de comprensión.

Esto aprieta el mundo, lo asfixia cada vez más, con una mano invisible, con hilos invisibles, que nos hacen espectadores de espectadores de…, engranajes que esta en todas partes y nadie puede ver. El gobierno mundial que muchos esperanzan, no mejorará el mundo, los voceros de Dios no viven la miseria que por milenios ha causado sus palabras, los buenos son los malos y los malos los buenos. El rebelde vive, el servidor aparenta.

Los ritos de compartir en comunidad una lectura del mundo, una manera de vivir una complicidad grupal de mundo, se torna prácticas varias que coordinan sin comunión. El rito común es hoy una práctica atomizada que estamos de acuerdo: sincroniza, pero sincroniza para con otra parte, la comunión es aquí, la sincronía allá.

El fenómeno colectivo de un rito cualquiera que revela en acto las paradojas de tantos lugares, se torna practica que imita ideas de otros lugares, la paradoja muere y nace la conexión a un espíritu de época que define el genio de cualquier lugar. Esto hace útil la paradoja suya, que sin interesarle su “porque vive un misterio intra-grupal” la pregunta desde un “como articularla al paradigma intergrupal” y se encausa a esa idea con una función al mundo, una práctica. ¿Cómo moverse para situar la idea?, es su: “Be or not to be- that is the question”. De respetar los dioses en misterio, ahora los hacemos instrumento de merchandising y función de la gran ecuación y la razón para un solo dios Jehová, el servidor.

Muere el mito, mueren los paganos, se enriquecen los devotos de la fe culposa como también los iniciados de la razón ilustrada. Los blacks and whites de un mundo incoloro y fome.

Ese mito, ese misterio controlado pero no explicado, hecho utilidad lo cual no explica la razón de su génesis, explotado y puesto sobre un paradigma feliz y universal por iconoclastas, ahora se puede comparar con otros mitos, entrar en olimpiadas, registrarse en bases de dato, asumir roles, adoptar arquetipos. Se hace así idea, se hace fe: SE HACE FIN DE LAS PRACTICAS, se cierra así un círculo, se cierran varios círculos que no se comunican pero se muestran en una vitrina polifuncional.

La fe en esta creencia construye un propósito para la práctica muy distinto al motivo del rito. La practica se refuerza con el yo ante otros. Mas importante que la vivencia de estar ante otros, es ser para otros importante. No mueve “fusionarse con” sino “conocerse a si mismo en”, no muevo tocar sino destacarse como conocedor de si mismo, dueño de si mismo, seguro de si mismo, en paz con si mismo, leer la Uno mismo, quererse uno mismo, aferrarse a uno mismo y porque no contemplarse a uno mismo.

La creencia de lo universal y las practicas que lo construyen, mata los mitos de todas las tierras, su soporte de lectura tan preciosa, su impecable ignorancia de ignorar la fantasía que se propaga en un mundo, la que se instala a la fuerza pero dice respetar la manoseada “diversidad”.

Esta creencia en un nuevo horizonte lejano, anula y aúna con los ojos el resto de los sentidos, sublima así el tacto e intensidad del afecto en imágenes hedonistas de cuerpo, moviliza noúmenos y fantasías al punto de hacer un paralelo terrestre, un virtual holograma mental, una tele - visión, un lácteo imperial peor que la Coca-cola y sus derivados como el queso del Internet; o sea una mirada a algo allá y no aquí.

Conclusión:

La práctica mata el rito - la creencia mata el mito

La creencia sublima el rito - La practica controla el mito.

Cuando antes el rito amoroso encarnaba en un “aquí en comunión carnal” el mito de allá, de una verdad paradójica, misteriosa y horizontal. Mirada a un otro.

Ahora la práctica obsesiva va en busca de un “allá en sincronía espiritual” la creencia desde el aquí, de una verdad formal – razonable, lógica y vertical. Mirada a un espejo.



1 Comment:

Alejandra Dening dijo...

Quizás por ser domingo, quizás por estar medio dormida, no puedo comprender bien tu ensayo. ¿Cuál sería la pregunta que estás intentando responder? Creo que es eso lo que me falta para comprender el curso de tu teoría.

Avisame!

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