(Segunda Parte)
CUANDO lo IMAGINABLE o un RECUERDO no BASTAN, es porque la PIEL nos pide VIVIR.
La construcción del si mismo es algo instrumental, útil y necesario para sobrevivir.
El cuidado que ahonda en los afectos y vínculos, y los conserva sanos, es vivir.
El miedo y la ilusión, nos lleva a confundir estos planos, donde ya casi esta instaurada en el mundo una triste convicción: basta con sobrevivir, y vivir avanzando hacia el progreso, una especie de salvación que justifica y oculta el éxodo, de estar emigrando del cuerpo, del pasado y el lugar, de dioses tutelares, del cariño por un misterio; emigrando hacia una utopía, un no-lugar, un sueño despierto. El progreso así tiene un sentido que hasta hoy se mantiene firme y delirante, un ideal que calumnia al mundo. Detengamos el éxodo, basta de estupidez.
Los afectos desnudan las carencias reales que siempre están allí, aunque nos escapemos de la familia, están allí instalados, como alegria y herida en la memoria. Esto no consiste en sanarse con un replanteo constante de momentáneos anhelos que auto-construimos y nos mantienen tan ocupados con sobrevivir sin vivir y sanar esto realmente. Las pastillas no bastan, hay otros soportes que sanan, soportes obviados y despreciados.
El que se da cuenta estar truncado literalmente por un mal pasado, tiene todo un infierno por delante, el cielo lamentablemente no le contenta como un meta, que puede llegar a ser Maquiavélica, y con esto incluyo cualquier proyecto de auto-realización, de evolución personal o el clásico y simple: querer ser cada día mejor persona hasta ser un deber sin escucharse, esta sometido y entremezclado con el afecto, el diablo mete la cola. Estos proyectos se pueden replantear, reorientar, pero básicamente apelan al mismo principio, seguir una idea que se debe concretar para salvarse, sobrevivir.
Esto existe tanto a nivel individual como agrupación social. Encontrar un genius loci (maleado concepto romano de protector del lugar) que pueda satisfacer al nuevo espíritu de época (global), (no a su dios tutelar o lárico), donde se encuentran los ethos funcionales a la aldea global y en estos, los individuos en función de ellos, con mayor o menor grado de compromiso para con su ethos, su nación, su anhelado proyecto país, con lindo antejardín y patio trasero lleno de basura.
En fin un proyecto es una apuesta para situar en un paradigma y en la medida que se hace legítimo, se atenúa el propio grado de incertidumbre y genera un virtual orgullo, con respecto a él, bien situado y validado por sus alteridades, vecinos amigos que le dan popularidad y rinden pleitesía en la medida que se porta bien con el FMI. Por eso la clásica critica de que la lucha de clases esta encerrada en un ámbito que no va a cambiar, una superestructura ya instalada en la que sólo los roles de turno cambian, es una gran verdad.
Es una grilla, sin circunferencia o centro aparente, que nos condiciona invisible hasta ganarse nuestro cariño y convencernos que el calor puede ser sustituido por luz, una luz por conocer más y màs, expandir su paradigma, panteismo o zoroastrismo, alguien o algo que nos promete nos va a querer absolutamente en la medidad que ahondamos en su sabiduria y misterios… Dios-Jehová? Sabiduría-Paráclito? Cosmos-Naturaleza?
La grilla tiene espacios a la medida para cada uno, donde instalamos nuestros marcos de información para leer el mundo. La industria del postfordismo, hágalo usted mismo, nos hace apropiarnos afectivamente de objetos sin magia, sino extensiones y accesorios de nuestra compleja imagen de deseos infinitos y recursos escasos que debemos conquistar con el sudor de la frente.
Un yo sube y baja, se posiciona y moviliza. Paul Virilio llama inercia polar, el fenómeno en que mientras más me posiciono al centro del orden, menos me muevo y más controlo, pero sin embargo la vida esta en el margen.
El Yo o punto de vista o referencia, es útil a procesos cognitivo-conductuales, a experiencias para situar discursos en el paradigma de la información, la ontología del conocimiento como plantea Rafael Echeverría acerca del ser como ente para conocer y listo, la metafísica como algo acotado al ámbito del conocimiento y nada más.
En resumen que importa esta construcción y su realización para sobrevivir sin vivir?
Puede haber algo más, que hacer para ser útil a otros propósitos como posición (poder) o satisfacer a nuestro querido Narciso (fama, esto engloba desde asesinos seriales a síndromes mesiánicos)?
Francois Jacob en su libro: La lógica de lo viviente, hace una analogía entre la vida y la maquina. Dice que mientras la vida tiene un código genético inamovible (mente-noúmeno) y una capacidad regenerativa (cuerpo-fenómeno), la maquina puede replantear este código mental, pero regenerarse solo desde afuera como cuerpo. La recreación del nuevo humano se parece en estos términos cada vez más a una maquina, entre eclecticismos mentales mutantes y cirugías plásticas sin calor. La mente no se fija en el espacio que le corresponde y el cuerpo no esta contento con mostrarse en el tiempo tal como es.
Cuando intuimos repentinamente que le entregamos la intimidad a esta grilla, como si fuera a suplir nuestro apego y necesidad de afecto, como si fuera a reemplazar a los otros reales, surge algo que siempre se dice imposible: “can’t buy me love”. El tacto y afecto que recibimos lo podemos auto-generar con esfuerzos premeditados? Somos independientes en ese plano de necesitar a los otros para presenciar el misterio en comunión? Podemos agarrar a Dios de la bolas y suplir cuando queramos lo que sea?
El sacramento (o acto) es una instancia colectiva y necesaria con otro para tocar el misterio (vacío) , desde otros aparece un dios, un algo entre nosotros allí. Con esto no apelo a catolicismo, sino a lo pagano y originario de este fenómeno. (La iglesia no es huevona sabe que cosas tomar, otra cosa si, es acabronarse con el cuento.) El Dios que nos querrá por nuestro conocimiento de él, es otro dios, otro ámbito, el que prima hoy. El dios del creyente en un dios a la medida, no el pagano del maldito dios que quiero.
Se dice que sólo, uno se envejece más rápido, también lo creo. El dilema del segundo principio de la termodinámica surge: “Al aislar un fenómeno se encausa y rinde pero se degrada y pierde en entropía.”
No quiero forzar pasos como tampoco temer, tomar y dejar la vida y sus vínculos como ella quiera, sobrevivir sin que eso sea todo y vivir como si nunca pasara nada, hasta que la muerte me separe de su abrazo.
viernes, febrero 09, 2007
(Segunda Parte) Cuando la PIEL nos pide VIVIR.
Publicadas por PALOBLANCO-CAJANEGRA a la/s 9:50 a. m.
Etiquetas: SENTIRES
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1 Comment:
Buen momento para vivir y sobre-vivir.
Un lobo expresa su furia y la leoparda lo mide.
Uno que accede sin acceder.
Visualizando medios, no los datos.
Él corte entremedio.
Doblar lo desdoblado.
Aprender a aprender.
Alienación masiva.
El espíritu como niño.
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