sábado, diciembre 07, 2013

INFIDELIDAD



La pareja como un núcleo primario que habita su propio ámbito desde donde construyen proyecto o familia, es algo muy reciente en la historia. Las parejas vivían en una familia extensa, lo cual ayudaba a compensar situaciones varias, desdibujando la polaridad tajante de roles macho-hembra, que hasta hoy ha mutado en forma pero no estructura.

Esta polaridad sin un contexto de otros flujos y fuerzas, no construye relación contextual con la comunidad, sino un conjunto de estrategias de manipulación auto-centrada que aparenta y compite tanto entre si, como con el exterior, ya que potencia al "individuo y la nocion del yo". (Ver teorías de juego en la guerra fría y la relación de parejas burguesas de R.D. Laing)

Incluso antes de las familias extensas vivían en clanes donde estos roles eran aún más difusos. También existen teorías acerca de la cultura matrística y las eras patriarcales, como también imágenes de amazonas (o sacerdotisas de Angkor) en selvas fértiles donde la fecundidad abunda, el sexo es cultura y la mujer su símbolo, o beduinos de desiertos áridos donde la fecundidad escasea y el sexo es un mecanismo de sobre vivencia en que el rol sexual de hombre es prioritario.       

Pero concentrándonos en la configuración dual, desde sus inicios cuando empieza a separarse la pareja de los colectivos extensos, comienzan a acentuarse los roles: el hombre era el protector de un nido y la mujer era la que atendía el nido, el hombre era el proveedor patriarca que daba seguridad  y la mujer era la mujer maternal que daba placer y goce de sexo y cariño. En el esquema tradicional que conocemos el hombre por fuera hacia lo que quería con sus capillas pero llegaba a su catedral, lo cual ella aceptaba dentro de rangos de sometimiento y resignación machista. Existía un convivir tácito y no un acuerdo o contrato formal racionalmente explicitado. 

En la pareja moderna pragmática y burguesa que busca la igualdad de género explicita-mente, ella fue adquiriendo aparentemente respetos y la monogamia pasa a parecer un modelo razonable en términos prácticos, que en realidad es  bastante más burdo. En el fondo fuera de la posibilidad de existir amistad entre ambos (para mí lo único que se acerca a lo genuino de una relación), es aún más utilitarista la relación y cae en una transacción básica de un vínculo elemental: 

El hombre da seguridad o plata - La mujer da placer o sexo. El proveedor que lo atiende la dueña de casa. En el sentido practico el hombre vuelve de su batalla y estado de concentración por haber estado defendiendo su nido llevándole recursos, por lo cual requiere distracción y atención por parte de la dueña de este nido que él defiende. 

El tema es si existe un conjunto que él defiende de manera endógena o existe una transacción exógena entre entidades formales. Lo primero lleva a que el tenga un vinculo con la riqueza toda del conjunto, en lo segundo el exige como entidad individual la compensación adecuada por su esfuerzo. Por mucho amor, atención, honestidad que pueda existir, la conformación de un núcleo pequeño y aislado es muy difícil que contenga este "conjunto-alma", por lo cual  es muy fácil que se establezca un tejido regulado de manera exógena o red de intereses individuales. El proyecto de la modernidad tiene su precio, y entre ellos esta la destrucción del conjunto-alma-común, mas propio de la tradición, en un conjunto de sujetos de interés.  

Esta simbiosis también responde a los propios equilibrios sutiles del inconsciente donde el hombre intrínsecamente rígido de abstracción y tensión-responsabilidad requiere romanticismo y estímulos mimados, mientras la mujer intrínsecamente  caótica y desprotegida requiere ciertos parámetros de orden y protección.  Nuevamente se puede establecer la pregunta si este conjunto se construye desde adentro o se protege desde afuera, ya que la abstracción masculina y caos femenino como fuerzas internas se están también aplicando a una situación circunstancial de responsabilidad y des-protección. El caos no es simplemente una angustia de sentir amenaza, es una fuente creativa y misteriosa de la vida y muerte (menstruación), poder femenino tergiversado en esa "fragilidad" de la mujer que debe ser protegida y por ende domada y condicionada. 

Existen muchas variables asociadas a esta relación "macho-hembra", pero lo que quiero acentuar es en que escenario se encuentra ahora el vinculo, que lo hace frágil, precario y muy vulnerable a caer en la inconsistencia real de ser apariencia. 

Tal como el colectivo comunidad se reduce a dos miembros  como proceso social externo, la conciencia moderna reduce también este plano inconsciente endógeno mencionado, dejando la dualidad macho-hembra en su dimensión netamente formal y superficial del vinculo de sujetos de interés exógeno. Se articulan desde una red formal y no un tejido sensible. 

A pesar de los pocos recursos disponibles para el vinculo producto de esta red pregnante, este equilibrio precario de negociación y manipulación funciona como lucha entre polos hasta que acontece un nuevo hito: ella empieza a trabajar. (Fenómeno mas asociado a la clase media progresista que a la clase alta conservadora.)

Como ella ahora trabaja se desequilibra la balanza de este acuerdo cuasi-formal. Ya no existe esta transacción entre ambos que mantenía un equilibrio precario. Como ella administra su plata, también administra el sexo sin darse cuenta, y el hombre disminuido de poder, tiene dos opciones con efectos igualmente destructivos y fulminantes para la relación y una posibilidad:

  1. Comienza a serle infiel para recuperar poder, lo pillan y ella termina la relación.
  2. Él se  opaca y empieza a tener una seguidilla de comportamientos inadecuados al punto de dejar de crear interés en su pareja mujer por lo cual ella también termina la relación.
  3. El Explore algún mecanismo mas allá de la dimensión consciente-formal, donde regule esta dualidad.

Si ella es dominante y quiere tener un apagado al lado, eso va a seguir, pero ese es el peor de los escenarios y se llama “mujer araña”. En Chile es muy común, la mama con el hijo-pareja.

También existe el hombre que tiene una vida libre y disfruta que su mujer sea independiente en su trabajo y se preocupa de la casa y lo niños, básicamente desbordada de haceres, porque si le cortan a él el sexo, no hay contrato exclusivo y la lógica indica que es su derecho ser infiel.

Esta la variante de la mujer también infiel o finalmente que se apaga la relación para ambos, funcionando ambos como socios por proyectos varios de cosas. En este punto ambos están viviendo un proyecto formal, de una posible unidad familiar, pero con dobles vidas, infidelidades o simplemente frustraciones de todo tipo. Sin mayor sentido, existen al menos siete alternativas que se me ocurren para enfrentar este conflicto o dilema:

  1. No tienen alternativas de separarse por aceptar que no pueden mantener dos casas, por lo cual se resignan a mantenerse juntos, con todo los costos asociados que esto significa. 
  2. No quieren romper la figura de padres a los niños que exige su religión o moral, por lo cual optan por mantener la forma sobre el fondo que se oculta. (aquí existen todo tipo de  variantes: de infidelidad clásicaexploración bisexual, homosexualidad reprimida o represiones varias.)
  3. Separarse y rehacer sus vidas ya que no conceden nada fuera de la monogamia y les parece incoherente mantener una forma.
  4. Mantener una relación formal de apariencias y aceptar la posibilidad de dobles vidas sin ser planteada.
  5. Transparentar las relaciones paralelas e intentar construir una intimidad más allá de la exclusividad sexual. Poco probable de mantenerse si no existen otros lazos.  
  6. Vivir en una comunidad más extensa que permitiría desdibujar y compensar la rigidez de roles. Alternativa tradicional o hippie-élite pero poco funcional hoy.
  7. Intentar que la relación tenga muchos planos de encuentro, parecido a una buena amistad, donde la pérdida de exclusividad de alguno de los planos, tendría un mecanismo de compensación en otros, mientras más planos mejor.
Resumen: 

Mientras mejor sea la amistad, más posibilidades tiene la relación. Ahora te preguntaras: ¿cuál es el poder que tiene la amistad? Tiene mucho que ver con el perspectivismo nietzscheano de abrir los roles fijos "macho-hembra" a una riqueza de planos mutuos y simultáneos, entre ellos el sexo y evidentemente ese inconsciente vivo. 

Este perspectivismo sin embargo viene de un filosofo que dijo textualmente lo siguiente: "Para mi un hombre casado, es un personaje de comedia". No se si su perspectivismo se pensó en el sentido de aportar elementos a la monogamia. Pero viendo el sin fin de variables asociadas a lo que hemos llegado, puede parecer mucho mas fácil comprender y perdonar lo perdido que todos realmente estamos. Las cosas vistas en amplia perspectiva siempre se toman mejor y permiten ser trabajadas. Todo es posible. 



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