Comentario a Carlos Peña, para
distinguir entre afecto y estrategia de la clase política:
Lo complicado no es la falta
de empatía del poder ejecutivo o su falta de emocionarse y sacrificarse por la
"comunidad" como diría Maquiavelo. La emoción y el sentimiento operan
a una escala territorial mucho más íntima donde la cotidianidad de un lugar es
lo común a bases y líder, muy distinto a una serie de consignas y símbolos generales y
abstractos, que poco dicen o representan , y en el caso de un territorio como
Chile que comparte nada más que una condición horaria pero no geográfica, está
cada vez más claro para las bases locales.
Todos perciben en algún grado que
la emotividad política o la emoción de los políticos hacia la comunidad en esta
escala abstracta y centralizada, es una puesta en escena, donde ellos dicen empatizar
con su comunidad, para crear una suerte de cercanía que cumple dos propósitos: los
resguarda con una distancia respecto a las bases ya que el ejercicio indirecto de
poder permite eso y simultáneamente por medio de una simulación de cercanía, falsifica
la posibilidad de una real instancia de poder local, donde un líder sí lograría
sentir la genuina emoción de sacrificio por la comunidad, ya que es simplemente
parte real de ella.
Ahora, cuando una elite
mantiene una distancia con la comunidad simulando cercanía, no se sensibiliza
directamente, pero sí puede reaccionar frente a la amenaza de que este
"simulacro" de cercanía se puede romper. El historiador Julio Retamal
dice que una de las teoría de la desaparición de los mayas, se debe a que su
elite llego a tal nivel de distanciamiento con su pueblo, que la gente
simplemente masacró a su jerarquía, entro en caos y se extinguió.
Para regular y sostener este
"orden precario" de representatividad abstracta, la elite central instala intereses y esperanzas, focos comunes dentro de un parámetro
territorial vasto y por ende regulable desde lo abstracto, muy distinto a
regularse desde un poder local de miembros comunes a un territorio de cierta
escala. Por eso la organización mapuche habla del "consejo de todas las
tierras" en plural. Estamos en el
mundo al revés, donde la globalización lejos de permitir a los lugares existir
por su estar, los condiciona a hacer para ser en un orden global.
Por esto, sostengo que lo
grave de que las elites no reaccionen a los movimientos de la gente, no es por una
falta de empatía o emoción respecto a ellos (muy sui generis o errático como
analogía), sino algo peor: los movimientos no constituyen ninguna amenaza para
la resguardada e imperturbable "institucionalidad" de la elite, que
simula en su permanente reinvención ser de todos, cuando es en realidad centralizada
y de unos pocos. Que la nueva mayoría siga siendo gobernada por la misma
minoría, es lo que siempre ha pasado.
0 comentarios:
Publicar un comentario