¿CAMBIA TODO CAMBIA?

Ser razonable tiene relación con saber adaptarse por estrategia, como ser irrazonable tiene relación con imponer por capricho (lo que hace el progreso).

Se trata de una disputa de poderes.

Este ajuste como contraposición de fuerzas, tiene relación a que una entidad  sincroniza o confronta con el paradigma social que se le anticipa.

Paradigma presente pero indefinible denominado flujo, democracia, Dios o SER, el cual se manifiesta en los otros para esta entidad, que a su vez se referencia respecto a este para constituirse como ente.

El “cambio” por tanto tiene relación con ajustes que hacemos respecto a esta interacción, que por efecto crea cambios. Posicionar productos, ideas e incluso la misma noción personal, implica un ajuste, una irrupción de algo en este paradigma. 

La resignación sobre este soporte por otra parte, es la mimesis como inercia y muerte, por eso la obsesiva negación a la muerte, de la cultura sin-muerte del a-mor. Salir de este paradigma, hace de la mimesis tergiversada, una "vacuidad", intensidad viva. Transformada la raiz de muerte inherte a vida, ya no se requiere irrumpir o instalar con "sutileza" ponderada y cínica para escapar de la inercia. El Tao o el Zen, tambien la Anarquia occidental, se refieren a cambiar el soporte mismo y no los focos de atención sobre un soporte incuestionable. 

Gregg Lynn plantea que la arquitectura deconstructivista opera con la lógica del conflicto y la contradicción, mientras que la arquitectura del pliegue apela a una lógica mas fluida y de conectividad.

El cambio en este soporte incuestionado entonces, es sobre “ajustes” específicos, que repetidos se pueden hacer generales o masivos como podría ser un patrón.

El alcance “masivo” de un agente de cambio, depende del poder que se tenga para realizar un “ajuste”, pero todo ajuste que implica cambiar algo, es finalmente una confrontación de fuerzas de distinta escala con este paradigma indefinible pero presente, manifestado en los otros y con respecto al cual nos referimos como entidades individuales que se adaptan o se imponen.

La pregunta entonces no es ¿a quién quiero cambiar?, sino ¿por qué lo quiero cambiar? ¿Que significa la necesidad de que cambie todo cambie?

El problema no es acotar el foco del cambio, aunque para generar un cambio real o ajuste concreto, concuerdo que determinar un “marco” de acción es fundamental, ya que puede diferenciar una consigna muy general y diluida de “revolución” global con un acto muy acotado de resistencia preciso y consistente.

¿Con qué sincroniza? (o cree), ¿Con qué se confronta? (o teme), o “qué” necesita realmente alguien, independiente a lo que “crea” que cree, quiere o necesita en base a su historia (pasado) o sentido (futuro), tiene relación a información que puedo tener respecto a ese otro, pero para ofrecer una solución desde mí. Todo altruismo es autorreferente.

Un sujeto A puede estudiar a fondo un sujeto B y encontrar la respuesta “precisa” para que “cambie”, pero esto surge por la necesidad que tiene el sujeto A de ajustar al sujeto B a su paradigma  o necesidad sin aportarle, aunque “crea” que sí y lo asocie a un acto de amor. Lo hace partícipe de “su” verdad, con la mejor intención, pero no constituye una común unión horizontal, sino alineamiento vertical.  

Lo que hace el sujeto A es atenuar su propia incertidumbre, tomando posición en este paradigma respecto al sujeto B, lo cual le da más menos poder. El poder se traduce a la tranquilidad sobre este paradigma y está referido a los otros.  

La existencia tiene relación a un misterio íntimo que toca a otros desde un vacio paradójico, que ayuda a compensar la obsesión de ser uno en la medida que estamos referidos a este SER como conjunto de otros.

Este conjunto de otros puede tomar dos formas: la genuina comunión  horizontal de pares o el alineamiento piramidal producto de una amenaza. Las tribus solitarias en comunión natural o las tribus alineadas con un SER o artificio esporádico para confrontar una determinada amenaza.

El problema que veo, es la instalación masiva de una necesidad o “urgencia”  permanente de anticipar por medio de un artificio vertical (idea), la emergencia espontanea de un fenómeno horizontal (realidad) o común unión.

Esto no sólo tiene directa relación a cómo percibimos la realidad que creemos mas menos consientes, sino como nos afecta la histeria colectiva subyacente, impuesta por los medios en estructuras concretas que afectan nuestras acciones más inconscientes, donde la “naturaleza” de la realidad vive en permanente estado de “premura” o amenaza, sea esta real o especulativa-sugestiva.

Llamo a esto: “lo que nos induce a deducir”, la caja negra que nos hace elegir o seguir un determinado palo blanco.

¿Cuál es el límite de este proceso, de imponer o anticipar un artificio a lo incierto o dejar que lo incierto nos cautive y emerja como proceso espontaneo?

Esto, según mi lógica, no depende de nosotros, sino de estos dispositivos o estructura subyacente. Y tampoco depende de nuestra habilidad individual de desentrañarlos, ya que operan irreductiblemente desde un fenómeno colectivo.