lunes, mayo 02, 2011

Plan diestro: invertir para un mundo invertido.






















Plan diestro: invertir para un mundo invertido.

La causa y efecto de las intensidades es invertida en el campo de la representación.


La percepción engañada, se guía por la representación, la unidad familiar, el Dios que calma opuesto al dios que aterra de Spinoza. Varela habla de un empirismo radical, en el cual los fenómenos le crean “horror y temblor”.


Todo es lenguaje nos dice la ecuación ilustrada, la percepción del mundo lo crea el lenguaje, y desde él, cual Aleph, todo aparece en la medida que la causalidad de cualquier acción, “creemos” es generada por un propósito futuro, en que nosotros entes-fenómenos, descubramos la razón de nuestra génesis, nuestra “utilidad”, el “sentido” de la vida, un lugar en el mundo que debe encontrar la vida, su vocación, propósito o razón de ser, como si la vida en sí, no tuviera un sentido por si misma en el lugar que ya esta.


Este sentido se dice se puede incluso vislumbrar, el juicio sintético a priori (Kant), el futuro como uno buscado por ya haber sido encontrado de Agustin. Es lo que se conoce por “ver el futuro”, inducido por un hilo que deduce y clarifica una “visión”, representación que anticipa unidades o imágenes de sugestión en un paradigma mental aislado del mundo, que denomino infinito.


Tanto Góngora como Trias hablan de este infinito, Guattari lo llama universo de intangibles que distingue de un territorio existencial, Machado lo llama claridad que no es verdad. Berman lo llama las ideas útiles que no resolverán la existencia. Hume lo llama cristalizaciones.


La mente a la intensidad le da forma referencial, una unidad figura asociada a un fondo, unidad dual que pareciera se clarifica con un prisma, con una estructura de lenguaje que le induce a deducirse en base a un “plan” preestablecido. Lo que hace es ordenar inconcientemente una tesis, argumentada en reacción a una antítesis.


















El territorio existencial se configura como una amenaza a dos niveles:


Impotencia oculta en un sentir real.

Visión discursiva que inventa y anticipa una tesis imaginaria.


El cuerpo siente y la mente completa la sensación con un simulacro, que “pareciera” resuelve. El “as if” de Vahinger.


Filosofía y simulación: emerge una razón sintética. (Dice Delanda)


Este ámbito reforzada sistemáticamente, invierte. Hace de la “causa al efecto” antes motivo de un pasado que denomino: “esta por existir”, el propósito para un futuro que denomino “hacer para ser”. La causa no es lo que motivo una acción, sino lo que tira como propósito.
















La intensidad permanente de estar, en que emana el territorio de la existencia, se sustituye por la representación permanente de hacer, en que se vislumbra un dominio del ser sobre el universo de intangibles.


La conexión con el mundo, del caos vivo que plantea Prigogine, al aislarse busca conectarse a un plano de información dirá Shannon alumno de Wiener, pero esta conexión de la vida a un plano de información, es la reacción del aislamiento. La necesidad de una entidad, para no sucumbir en la mimesis con el mundo, es la defensa automática de la vida con el mundo, como una madre que cuida. La conexión y caer en el letargo placentero de la nada, de una vida en sueño, es una manera de morir y rendirse al goce de la muerte, rendirse a que no hay nada que perder, dormir no es una cura a la depresión. Este argumento sin embargo se liquida si racionalmente extrapolamos vida y muerte, la razón dirá: vida = (+) - muerte = (-), el resto de la construcción, se arma sola.















La verdad, el chiste más cruel que nos ha vendido el orden decadente, es hacernos creer hasta los huesos, que el derecho a la vida depende de nosotros, y por otra parte, la muerte no. La sobre-vivencia de la vida es una necesidad, no una opción, el sabor de sentir el goce de ir muriendo y entregándose al mundo gatilla un miedo al cual se reacciona y aísla, elaborando todas las posteriores articulaciones con este “campo” de la información, razones emocionales y fundamentos. Finalmente… vivimos sobreviviendo por opción, no hay goce de intensidad sino paz de estar cerca de una representación. (¿Por qué Deleuze se suicida ??!)














No podría denominar entonces el “hacer para ser” un ámbito ilusorio. Es real como opera esta dualidad: somos inducidos (por alguna fuerza) a deducir totalidades. La totalidad o ser efectivamente “precede” al hacer, Kepler por medio de leyes deduce Plutón antes de verlo, una pregunta lleva implícita una respuesta. Las leyes universales o el universo de intangibles, no son una simple ilusión o convención arbitraria, este universo efectivamente contiene fuerzas, que se asocian al poderío, al instinto de poder de Nietzsche o al ser de Heidegger.















Berman plantea que tanto el neopaganismo como la ilustración, por diferentes que parezcan, son culturas que denomina verticales, producto del complejo de autoridad sagrada. La diferencia: la ilustración mantiene atrapado en un circulo global y dilatado del inerte racionalismo formal, lo que llama Tradición Dominante (TD). El neopaganismo es un rompimiento con esta inercia, un progreso que apela sin embargo a este mismo campo de información, en que la vida aislada encontrara su poder, su arquetipo, su base que Berman llama contra-tradición 1 (CT1).

















La vida como entidad se esfuerza en vencer la mimesis de la muerte, su cohesión y distancia es su razón de ser, sus recursos son violentes: conflicto y contradicción. Esta es la naturaleza de “sobre-vivencia”, implícita a la vida, se hace representación por una necesidad. Llevarlo a categorías racionales (TD) o de instintos de la voluntad de poder (CT1), en ambos casos, implica en resumen una reacción a la suave mimesis horizontal contra-tradición 2 (CT2) capaz de hacer emerger el territorio existencial o contra-tradición 3 (CT3).


Ver: Que el dios errante en el cuerpo, reencante el espiritu del mundo.


El complejo de autoridad sagrada, constructor del abismo, de la brecha (Lacan), lleva a hacernos creer que el “sobrevivir” es una decisión (ético-moral) y así nos cobra por eso. En esta lógica, la vida no es dada, se debe merecer, ganar etc… se nos ha instalado un concepto instintivo de creer que “no alcanzara para todos”, hay que luchar por posición y por ende como efecto aprovechar las oportunidades escasas, base del latero marketing.


Somos inducidos a deducir, la máxima es lo deducido (visión o paradigma mental referido a una posición del observador), su medio es el proceso, el movimiento o trabajo que implica llegar a esta posición. Así nos mueven.











Este “ir hacia” esta posición maquiavélica, rompe con actos de poderio (CT1), por medio de conflicto y contradicción, si no es parte de la convención “a priori” del conducto regular de racionalismo formal (TD), que se reconstituye de simulacro en su auto-complacencia, su emocionalidad viciosa. Hasta que irrumpe la frescura de una explosión. Responder al anhelo de ser representación, una causa futura, inevitablemente rompe con la fluidez y conectividad de la intensidad.


El venir desde una causa existencial en cambio, emana fluidez y conectividad, sin anomalía o irrupción. Para elaborar lo inconciente o subconsciente, justificamos elecciones de manera conciente, hacia un supra-conciencia, una coherencia superior disociada y en contradicción.

Lo subliminal sustituye cotidianidad por sofisticación (buy brand), brillos y luces sostenidas en supuestos, simulacro y show. Sublima la crudeza primaria moldeándola en formas que la articulan con otro sentido. La precisa cotidianidad emanada del territorio existencial, paradoja o vacío, es sustituida o anticipada por una razón en busca de “formas caprichosas”,

encontradas en un “universo de intangibles” que hemos llamado también paradigma o infinito.















El subconsciente (emoción), es engañado, es movido de forma conciente por convenciones de racionalidad emocional, mecanismos que subliman la crudeza, que representa imágenes y no toca con su intensidad, la imaginación hace del ojo un sentido que anula y no aúna los demás sentidos. El cuerpo más que atrofiarse, se automatiza a este designio.


Al anular los sentidos, se quiebra el aquí real, que encuentra satisfacción en la fantasía o un allá imaginario. Borchers habla de estos paralelos. Este campo de fantasía que también nombra Marcase.















La base de la ilusión (TD) es real (CT1), la máxima irrupción en este sentido es paradójicamente una disociación de la acción real. Hoy el multi-task habla de realizar mas tareas simultaneas, ¿pero con que noción? Para adquirir sin disfrutar, salvarse sin saber para que. Todo argumento racional a favor de “la vida”, es reacción a un temor, se abusa del miedo que ya no es instintivo natural de aislamiento de la vida que quiere preservar un ente, sino un rumor, un virus permanente y latente, que quiebra con el territorio existencial y hace del universo de intangibles la razón de existir.


Extendido a la permanencia de la memoria racional, por tanto se ha tergiversado de su situación intuitiva “esporádica”. La razón da continuidad a la amenaza y permite hacernos creer posible de habitar el universo de intangibles.


La ciudad ha hecho de esta intuición natural una razón artificial.


Se desorienta la noción espacio temporal, el acto de estar por existir se invierte a hacer para ser. Si bien la vida (fenómeno biológico) lucha como entidad por evitar la mimesis o muerte en un entorno natural, amenazas de olfato, piel y sonido… lo visual como sentido más distante (paisaje, anticipación) permite el “supuesto” de que la vida esta en permanente lucha, un contexto artificial (urbe), limita, divide y otorga la distancia. Los ritos y ritmos de la religión, nos darán una pertenencia que salvará del misterio, que nos atrae como el letargo de goce ante la muerte. La vida eterna ante la muerte, la luz a la ignorancia (del morir práctico).




















El mundo espectral (inter) así se sostiene e oposición y no complementariedad con el mundo visceral (intra). El fenómeno tácito o espontáneo (cuerpo), es llevado a una categoría racional (mente). El cuerpo no es irracional, cuando se plantea así, es porque la racionalidad lo raciona.


El contexto así decide por uno, la creencia es un sincronismo con estas fuerzas espectrales, nos convencen que el “sobrevivir” es una decisión que estamos obligados a aceptar. La (TD) en su emocionalidad viciosa y auto-complaciente, da a estas obligaciones “formas placenteras” como aprender escribiendo con miel, y por ende surge la dinámica que plantea Zizek, en que el absurdo del mundo ya no es sólo una obligación, sino el no querer sus formas sugerentes y placenteras genera culpa. Zizek se define un misántropo y no un optimista ante este orden infame. Yo prefiero tambien, un comunista amargado, antes que un facho carismático.


Detrás de el “discurso” que vemos y elaboramos de diversas maneras (dando forma de ethos), existe una programación subyacente (lo que Berman llama eidos), una disciplina inducida a deducir la norma (estructura) dice Foucault, independiente a la forma distractiva, sugestiva o hipnótica. Solo el 25% de esta atracción es audio-visual según Martin Lindstrom: Buyology y Brand Sense, y sin embargo son los medios que más se usan. Esto es obvio porque: además de ser el medio más económico para difundir, recordemos que el ojo anula y no aúna los demás sentidos. El ojo supone muchas veces inmanencias en base a su visión trascendente, forzando conflicto y contradicción, forzando un futuro que ha invertido el mundo con su calumnia ideal. la intensidad cruda del mundo y su andar absurdo da calma, su representación de paz en cambio, siempre carga con el terror a la muerte, imposible de aceptar que es lo unico que nos pertenece.



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