¿POR LA RAZON O LA FUERZA?

Por la razón o la fuerza dice y por mucho tiempo ha dicho nuestro escudo nacional, incluido en el reciente logo.

“El vivir adecuado del hombre” que buscaron los sofistas y Sócrates después de los presocráticos, abandonando los intentos de explorar la naturaleza real del poder natural u origen del fenómeno, ocurre porque en el proceso se llega a una triste conclusión mas bien forzada que espontánea: la razón le pertenece al poder.

Desde entonces el "vivir adecuado", esta referido y se concentra en el orden acotado y pre-determinado: la ciudad como artificio y el hombre en él, que tiene relación a moverse por posiciones en un campo de acción infinito de persona a ciudad a nación y mundo. Hemos sido desplazados del “genuino poder” por un poder privativo al cual la razón no sólo le pertenece, sino que le ha creado alternativas que con la anticipación evitan la sensación de impotencia y amargura a la genuina emoción que antes y cada vez menos, desplegaba intensidad desde una vacuidad inasible sin representación posible, y por ende fuera de los alcances del incluso poder omniabarcante que dice "todo" acoger, finalmente un supuesto de fe como todo el cinismo posterior que sostiene este aparato humano.

La razón de origen emotivo invierte la noción del tiempo condenando la emoción a una moral. Con la genealogía de esta moral, el nacimiento de esta tragedia, surge ya entonces el relativismo y escepticismo que se metamorfosean en el cinismo griego, que ha intentado hasta hoy en occidente ocultar sentir el hecho de que la razon le pertenece al poder por medio de distintos “modelos absolutos de una fe razonable”, atemporales e ideales que puedan dar al fenómeno emotivo moralizado y determinado un nuevo propósito o fin teleológico, una causa final. La utilidad del fenómeno de intensidad emotiva anestesiada, no constituye la razón de su génesis, en que se ha llegado a creer incluso que si no se avanza se retrocede, lo que no es menor ya que hace de la noción misma de espacio y tiempo un escenario en el cual se debe engranar y en lo posible cumplir un rol fundamental, por el cual se desvive en humilde esfuerzo criatural que con "libre albedrio", se puede compensar a ratos con detereminados arrebatos y caprichos permitidos. La velocidad saca de esta constante en movimiento, ya que implica ir mas rapido que todo lo demas tambien en movimiento, no es sólo moverse, sino que cada vez mas rapido, el lento queda atras.

La emoción entonces esta en función de esta representación "ductil-liquida" y no en conexión de su intensidad íntima y poder real, que le ha sido prohibido, persuadido y seducido por la razon con diversos mecanismos disuasivos, que lo único que cultivan es el resentimiento y la "mala conciencia" manifestada en "defectos" sin causa oficial, ya que la apariencia pública y el discurso correcto son sólo una cara. Lo marginal y colateral se ignora en este reduccionsimo estable y light, ese accidente que se escapa hacia los margenes y incluso de los mismos margenes, lo que no es fugarse entre los margenes, por lo que hago distinción. Pero es en estos mismos margenes fuera y dentro donde esta la vida y manifestación genuina de la emoción, aunque sea caprichosa, reactiva, provocativa, irónica, amargada, o incluso desquiciada y pervertida. ¿Deberá emerger la crueldad masiva para acusar la tensión que subyace, o será castigada y re-situada como toda radicalidad que se ha manifestado alguna vez? La estabilidad de este equilibrio precario es el objetivo, no llevarlo al extremo, sino mantenerlo en su estado de acción productiva sustentable, abierta a la especulación y reflexión prudente, en que la invención de un "alma" para el cuerpo obediente despues de la muerte, le robe sin que se de cuenta, su intensidad emotiva con el mundo real aqui y ahora.

Esta irracionalidad que "escapa" de la logica-formal sin embargo falla, cuando su "motivación se trunca" e invierte en intentar ser menoría reconocida por la "diversidad inclusiva", a la que pide perdón para ser reintegrada como el hijo prodigo que tuvo un "lapsus", que fue atrapado por el arrepentimiento culposo del foro interno del deber, o por ser vigilado para luego ser castigado. Se perdió un instante del rebaño y suplica reinserción los más cerca del lugar de unos pocos (al lado del padre), lugar que quieren muchos. No es sólo una lucha de clases marxista, sino la lucha por un ser absoluto, que se cree nos pueda salvar del abismo con la propia existencia emotiva que esta tan lejos y tan cerca. Se desgarra y complejiza la vivencia inmediata y emotiva, que se compensa haciendo del horizonte lejano un supuesto simple y posible de tocar con la razón o inteligencia emocional. La subjetividad atormentada quiere ser el objeto de referencia para atenuar su incertidumbre ante los otros, y así en esa objetividad relativa a la razón del poder que logra, queda sujeto a los encantos del mismo poder. No hay frente posible si se piensa dentro de un espacio.

El hombre no es un ideal arquetípico o atemporal, es sólo un suceso histórico, quizas esta observación le puede dar otra perspectiva a la emoción para que encarne activamente en el vacio inmanente del mundo y no re-activamente por culpa de la moral ancestral que le plantea desde el silencio fáctico de una memoria y tradición torcida, otro mundo representado en el cielo, donde los antepasados que tambien sufrieron nos esperan, para salvarnos y desde allí calmarnos de este supuesto infierno de emoción y pasión desenfrenada. ¿Y si el cielo es una ilusión y en el centro del mundo esta la luz de un verdadero sol?

Se confunde la busqueda de "intensidad" propia de la vida y el fenómeno vivo sensible emotivo, con la busqueda de una representación racional o rol para asumir, un otro espejo que construye empatía y emocionalidad, lo cual no tiene relación a la intensidad. Se nos exige asumir roles especificos para responder a una busqueda de coherencia representacional, ser hetero u homo no bisexual, ser de derecha o izquierda, ser cristiano, budista o "x". Es una analogía al fenómeno vivo, que efectivamente busca diferenciarse como ente de morir y volver a un estado mimetizado con entorno natural, pero esta nueva manera de diferenciarse tiene relación a una vigencia abstracta y mental, una representación que se separa de lo "ordinario". Esta mirada hace justamente que lo simple sea visto como muerte y lo "extra-ordinario" como Dios, el anhelo de toda vida que cree que la materia o mundo del fenómeno no puede ser libre de la mente. La emoción siempre se abre a eso otro, la razón en cambio lo incluye, y por ende lo mata... en funcion del poder.

Esta construcción de variables representacionales crea una individualidad basada en compromisos formales mas menos sofisticados y complejos y no intensidad. La ciudad construye estos "prototipos" con sus dinámicas de racionalismo formal, creo que en la simpleza rural la busqueda de la genuina intensidad esta mucho mas cerca y la busqueda de "escala amable" de muchos urbanistas tiene relación a evocar cierta simpleza. Un ejemplo: el deber ser "role-model" y el permitirse el "role-play" gringo, moldea una extraña psicosis en donde las exigencias que anulan la intensidad se compensan con libertades ilusorias que persigue la razon. Por lo tanto el racionalismo no es sólo la busqueda de un proposito ¿para qué? elaborado intelectualmente, sino que constituye una base afectiva invertida en que el motivo ¿por qué? desconoce la busqueda de intensidad que sustituye por una representación de mas menos variables.

La intensidad se explica con procesos históricos específicos, las representaciones en cambio, con categorías abstractas atemporales. Claro que Spengler tiene toda la razón al ser pesimista del proceso occidental en su libro sobre la decadencia de occidente, opinar lo contrario es ser ingenuo. Es necesario hacer una llamada atea a las armas. Los ideales son una calumnia al mundo, es urgente un neo-materialismo. No se trata de comunismo reaccionario, sino que basta creer que la pureza conceptual como la construida por el sagrado creacionismo cientifico, el dogma hawkiniano o la antroposofía tienen algun poder real de reencantar el mundo con su trivialidad sobre-natural que magistralmente imponen. "A nation under one god". Que la escatología finalmente concluya en su tratado que la muerte de su fe es inevitable y el juicio final no salvara a nadie.

El motivo entonces no es explorar su propia intensidad y vinculo intra-grupal, sino la elaboración de su forma de representación inter-grupal, que finalmente alimenta un aparente paradigma de diversidad razonable (ethos) regulado por las programaciones subyacentes del poder a la emoción (eidos).

La razón entonces se encuentra coludida con la fuerza dentro de un aparato secretamente coercitvo o caja negra, que en paralelo describe un campo geométrico y linguistico caprichoso de palos blancos rondeando un circulo vicioso de numeros, casas y astrales buscando "él" simbolo de paz, la ecuación perfectamente cinica para que el sofismo sofisticado se perpetúe en el tiempo sin tiempo.

El escudo debería decir por la razón (izquierda ilustrada que seduce con su "igualdad humanista universal" a la razón) y la fuerza (derecha conservadora que fuerza con su "pureza estoica" a la emoción).

La emoción, única cómplice del genuino sentimiento de la intensidad del poder, ha sufrido miles de mecanismos para hacerse razón. El propósito de la tragedia aristotélica que intenta con una extraña mixtura de temor y compasión hacer catarsis emocional. La anamnesis platónica que lleva a la emoción a formular preguntas que llevan implícita una respuesta. La emocionalidad como escenografía renacentista sensible construida por el racionalismo formal especulativo, para alimentar los valores en curso inspirados en la reflexión sensible, el sueño despierto, la fantasía en la utopía liberadora del hombre bajo Dios. La emoción de explorar la intensidad narcótica prohibda que irrumpe como irracionalidad instintiva en la escena, justificando así como antitesis neo-pagana la tesis de la misma razón judeo-ilustrada. La emoción compasiva que por amor cristiano al otro projimo abandona todo mal en el nombre del padre, poder del padre privado a la norma de los espacios sacramentales del misterio griego-judeo-cristiano humanizado en el devenir de la fe occidental con la escolástica, protestantismo y laicismo sin perder eso sí, la raiz de su estado "confesional" en que la emoción masoquista se sacrifica al poder sádico. La diplomacia políticamente correcta, siempre ha contratado piratas y mercenarios para la pega sucia, "lord pirata". La iglesia ha llamado santo a martires que ella misma ha quemado (Lorenzo), hoguera incluso justificada y llamada por "amor fraternal". El doble estandard de todo, manipular la buena intensión o sentimiento honesto de gente por una "causa aparente" que no es tal.

Todos los mecanismos de resignación, aceptación, compromiso o atentado al poder al que pertenece la razón, tienen como constante una emoción moralizada, que lleva a la razón como inducción particular a deducir la generalidad o campo de operaciones, paradigma mental acotado en el artificio-ciudad, como único escenario de acciones. Desplazados y privados de una situación emotiva mediada y moralizada, que es finalmente todo contrato urbano, se nos inventa una representación participativa, como campo libre de posible acción, una posición ideal a la cual la razón cree querer aspirar, evalúa si puede poder aspirar y finalmente se convence que el valor lo lleva a deber aspirar, porque no "le queda otra" si "es lo que hay".

¿Es ese valor por la genuina intensidad de la emoción, o una emocionalidad aparecida, calculada, valorada-evaluada, cínica y secretamente pactada por la resignación a que la razón finalmente le pertenece al poder? ¿Será este el gran tabu y no el reciente "pecado cristiano" en analogía? ¿Será este el gran problema político y no que el estado le entregue o no su destino al libre mercado? La ciencia (epistemología-ontológica del logos) no nos salvará del mito y miedo a los dioses, abrirse a los matices no nos salvará de los valores en curso, la virtud ilustrada no nos salvará de la ignorancia pagana, la fe no salvará de la incertidumbre, tranparentar y precisar la ley para que no sea bi-paseada con tecnicismos no salvará la justicia, la revolución o rebeldía no salvara de lo establecido, la intensidad real e íntima no puede ser sublimada o hecha ofrenda de ser "yo-un mismo" una representación leve y emifera que se funde y diluye al final con el flujo del ser colectiva, ya que finalmente esta ilusión tediosa in-imaginable nos tiene en vias de la absoluta soledad sin nuestra emoción o una vida encantada de lo inmanente.

¿Por la razón o la fuerza? ....