jueves, junio 17, 2010

IDEA INDIVIDUAL COMO VIRUS DE LA EXPERIENCIA COLECTIVA



















IDEA INDIVIDUAL COMO VIRUS DE LA EXPERIENCIA COLECTIVA


En relación a la lectura de un escrito de Guillermo Brand Deisler, quien tiene un interesante texto llamado: “Un acercamiento a la realidad humana”, elaboro el siguiente relato.


Le explico mi posicion: Me gusto esa analogía que estableces entre un cuerpo y sus células, y cuerpos como células en relación a un cuerpo social, configurado en un hábitat, soporte o lugar.


Agrupaciones de células en relación a una entidad cuerpo. (Gran individuo pluricelular).


Agrupaciones de cuerpos en relación a una entidad social. (Gran ciudad-hormiguero).


Ambas como conjunto de partes en sincronismo por un objetivo, que comparten un “norte” que implica una prosperidad genética, y conforman un cuerpo, un todo-ser-entidad, sostenido por lo que Brand llama el “legado del gen”, como una especie de fuerza que le da cohesión y forma a la entidad.


Existen de hecho en urbanismo muchas analogías con el cuerpo humano y su funcionamiento.


Pero hay un tema interesante de la “forma” en que la evolución puede sostener lo que Guillermo llama “el legado del gen” que caracteriza una agrupación (dando su forma-identidad o característica cultural). Existen “formas” de agruparse muy distintas, y la razón es la que justamente establece esa ilusoria diferencia con la originaria “agrupación”, que me atrevería a llamar “confusión” e inversión con ese legado del gen originario y su consecuente manifestación. Existe una interesante observación de Deleuze señalada por Manuel Delanda en que dice que una “especie” no es una esencia arquetípica eterna como ha sido sostenido desde Aristóteles (a la cual se aferra la mente como referente individual y no grupal), sino por lo contrario una forma que nace y muere en el espacio tiempo. Esa noción atemporal (independiente a su forma que puede ser desde trascendente a inmanente) es del individuo que puede acordar convencionalmente, siendo lo colectivo una consecuencia del acuerdo de individuos, pero no por ello un hecho colectivo. Lo grupal surge cuando paradójicamente no hay un referente mental de grupo. Allí emerge a intervalos, cuando la esencia virulenta la deja pasar.














Este entrecruzar, radica en el hecho de que el individuo confunde en su foro interno un rol funcional que efectivamente juega, reconoce y refuerza como imagen ante los otros (lo que podría ser la individuación funcional para de la primitiva sobrevivencia del grupo), con la existencia de simplemente vivir entre otros.


Pero: “Ese rol no puede ser el motivo de la existencia”. El servilismo, sacrificios en aras del grupo, son mecanismos de sobre vivencia, pero el anteponer esa esencia arquetípica individual, a la noción temporal de especie grupal, se da a la sobre vivencia natural del “grupo” que todos debemos preservar tácitamente, una dimensión trascendental de “héroe” con la cual se nutre la razón Narcisa. En otras palabras por altruista que parezca una acción, es mesiánica y no genuinamente afectiva, amorosa y gregaria, ya que lo que moviliza la acción es esa manera ilusoria de abordar la noción del “gen”. El gen se puede imaginar con mil formas, como dios o criatura, entidad social, gran cerebro sustentado por un cuerpo, espíritu universal, que permite una cohesión convencional de una agrupación intergrupal pero no intragrupal. El gen ejerce pesos relativos sobre el comportamiento de las partes creándose lo que pareciera parámetros mas menos amplios y diferenciaciones. Pero pregunto: ¿Cómo se construye realmente la noción de ese gen? Como bien dice Guillermo, la razón ha creado sus trampas y ha construido una inédita dimensión de la misma realidad y lectura del grupo por parte de la “parte”, el individuo.


La ciudad y en especial la moderna, no es un producto de sus partes, sino un artificio que fomenta en la práctica esa noción de “individuos funcionando” como colectivo en sincronismo, pero en complicidad con esa imagen y semejanza al “gen” arquetípico que se nos insertan como virus individualista. No digo que todo es blanco o negro, sino que existe una lucha interna en cada uno entre esta oculta aspiración de reconocimiento que tiene mil formas (desde el egocentrismo mas absurdo, la falsa modestia e incluso la genuina buena intención), y el abrirse a una vida amorosa y genuinamente afectiva sin esencias. El ethos figurado de campo o paradigma mas menos complejo inspira y mueve al eidos (programación subyacente del cuerpo), y viceversa se nos induce por la práctica de actos a deducir racionalmente ese ethos que nos “llama”,y aparece una "visión" con su respectiva "misión", el racionalismo empirico es simbiótico.


Ahora en términos instrumentales, ¿Cómo la ciudad construye esto? Escapando de la escala de agrupación local siempre puesta en función de algo mayor a lo cual debe rendir tributo, tan desproporcionado que cae en la categoría de “representación” inalcanzable por su abstracción, generalización y reduccionismo. ¿Qué es Dios en términos prácticos? En el universo particular del catolicismo, es una convención que efectivamente opera, de la cual algunos alivian su angustia asistiendo a un lugar específico donde supuestamente se presenta esta entidad, mientras otros lucran de ese hecho. La democracia es una supuesta representación del pueblo, la revolución es una supuesta liberación del pueblo, hay que ver las cosas desde su situación puntual y concreta purgando los supuestos que sustentan las cosas. En ese instante se vive.


La ciudad es una promesa incumplida (la productividad nunca resolverá los problemas de alimentación). Como bien dice Guillermo, el Gen (desde mi perspectiva tergiversado como noción) tiene potencial para crear escenarios favorables de sobre vivencia pero también una necesidad de manipular y mantener la vigencia de su “representación”, lo que es custodiado por los denominados “administradores de la fe”. Este campo o paradigma de representaciones permite justamente la anticipación de los grandes sobre los chicos, la especulación planetaria que relativiza el valor de la particularidad a su antojo. Y digo relativiza porque la hace relativa a SU sistema, en función de su sistema sin fondo, ya que inyecta donde quiere plata y exige donde quiere cobrar. Esta el mundo endeudado con la banca de infinito poder, que da y quita como un dios. Nos permite operar en nuestros pequeños ámbitos, donde los 2/3 de cobre que le roba todos los años a Chile no se cuestionan, pero si se sorprenden al leer las Venas Abiertas de America y como se saqueo Bolivia.


El corazón no puede ser una representación inspiradora y proyectiva para la razón, sino por lo contrario una entidad de cohesión con la complicidad de un lugar en el mundo sea sedentario o nómade, ya que lo mas probable es que lo compre la Coca Cola y lo haga otro lugar común feliz.


En fin, pero aquí viene la paradoja que acuso. La entidad social (gen tergiversado) que gobierna nuestros destinos no es un condicionamiento producto del colectivo, sino por lo contrario de nuestras propias autoexigencias ante él, ya que como decía, no vemos la preservación del gen como fenómeno natural de grupo, sino como una visión de trascendencia personal ante el grupo.


Por lo contrario el genuino gen, que emerge a ratos y goteos en el mundo, revela esa comunión y complicidad entre pares de ser una especie temporal, lo que disipa toda ancla mental permanente (esencia arquetípica).
















Nos auto-imponemos el exitoso esquema de supervivencia del gen que gobierna nuestros destinos y en efecto crea la entidad social individualista, en que todos se movilizan por la mejor posición, en que todos compiten y no comparten, en que todos individualmente persiguen “su arquetipo de gen” (compartido en ciertas convenciones de complejidad y masturbación), pero negando el emerger del real gen entre sus pares (que escapa al lenguaje y talvez se acusa en cierta poesía que lo relata como glorioso testigo). Nos sacrificamos por esa entidad social, pero paradójicamente estamos estresados y sin calidad de vida por saber que en el fondo hemos sido instrumento de un gen nocivo, un virus de las esencias, un puñado de ideas que son una calumnia al mundo.


Por lo tanto ante esta pregunta: ¿Seremos capaces de crear un sistema social que logre conjugar los intereses del gen (hormiguero) con los del individuo humano? Yo preguntaría: ¿Seremos capaces de conformar una cohesión social real de gen, que nos sane de esa anomalía individual virtual de gen?


Se nos ha hecho pensar que el destino de obrar (amojonar) como las hormigas es “casi” inevitable y que la libertad de pensamientos (imágenes cualesquiera sean como salvación interior), es la fantasía que nos puede permitir situarnos al margen de esa “vorágine” o maquina imparable (Marcuse), como recurso auto-resiliente. La paradoja es que este recurso de auto-protección simultáneamente nos distancia de los otros y la única manera de situarnos ante los otros es “competir” para “medirnos”. La razón, el lenguaje y la conciencia justamente nos permiten divagar solitarios lobos esteparios en este “ser” y movernos en este campo imaginario del tiempo, que nos permite encajar re-activamente a la realidad y naturaleza siempre bajo premura, siempre bajo sospecha. Los mundos paralelos nos permiten deambular como zombis en un teatro del absurdo de tanta vida paralela.


El paradigma de los noúmenos o ideas como campo originario de supervivencia e intuición ante la naturaleza (magia primitiva), han pasado a ser escenarios abstractos de salvación o escaparate, incluso de la propia existencia del gen colectivo en lo natural.


En el campo imaginario (lo eterno) se han posicionado simulacros de materia y energía que dan forma a una vida presente virtual, una paz que lleva implícita una reacción permanente ante la premura natural, en que el falso gen nos induce a deducir una visión que es una sobre vivencia perpetua y continua ante el mundo y los otros, donde el futuro se “torna” un ideal en presente individual, lo que llamamos la “promesa” de paz ante la premura de la vida real que impide un compromiso real cara a cara con un otro.


1 Comment:

Anónimo dijo...

Andrés es bastante interesante lo que planteas. Salu2

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