jueves, noviembre 29, 2007

TEJIDO INVISIBLE









W. Benjamín habla del espejo, que veo e interpreto como el invocar un futuro que es pasado, un espejo que vuelve mal su reflejo, que tiende a forzar estar “forever young” y vuelve mal porque invoca un futuro que congela la memoria de un ideal para especular sin vivir, una eterna promesa, una ficción plasmada en la plasticidad virtual, el lema de Apolo el inmortal sol, inspiración del rey sol, la fuga del jardín y el palacio de cristales.

Es mejor avanzar bien, saber envejecer, acercarse de frente a la muerte del futuro desplegado al abismo inevitable que se puede mirar con una sonrisa. No hay pacto para salvar de la muerte, se puede evocar la historia, el pasado con intensidad, que alivia mirar de frente lo incierto, que no es el sol.

¿Te fijas lo invertido de esta postura?, la cultura vivida para definir el ser y su tendencia segura al cielo eterno, la evolución eterna o la paz? , ¿no será mejor precisar el estar ante la cultura como un lugar en el mundo que encarna vida sin saber su destino? Me encanta pensar el dejar fluir, como un dejar que el aquí pueda emerger aquí, más que abrir la posibilidad de buscar allá que se encuentre allá.

Esas imágenes que llenan y van llenando hasta dejar copado y saciada la angustia (full) son holografía mental, sedantes del ruido, del rumor que mantiene ocupada la neurótica cabeza, especulación o ruido, la construcción de un soporte imaginario que el arte ha sabido extra-verter y articular en un tejido invisible que amarra el mundo que lo desconoce. Una promesa de plenitud por virtud, tendiente a un lleno que sacia y ocupa, lo gestáltico en busca de un complemento, un par o más. No hay que angustiarse por sentirse incompleto y lejos de esta visión o imagen, que creo yo, es la gran trampa del complot (“sorry for my paranoia”).

El barroco y gótico fueron una eterna especulación en el infinito que jamás apareció, como el horizonte que se ve pero no se toca. “En América Dios corría en pelotas por los bosques, llegaron los Españoles, lo subieron al cielo y se hicieron custodia de su acceso.” Al ser parte de esta cosmovisión, esta ontología, cualquier movimiento o impulso nace condicionado a un deber hacer mérito para la salvación o anhelada auto evolución que también gesta sus orígenes en la culpa pero desde lo positivo y no la fatalidad clásica, es la dualidad que plantea Andrés Claro entre judaísmo ortodoxo y cabalista, las dos caras de una misma moneda, siguiendo ambos igualmente un conducto regular, un supuesto mejor de encubierta mentira.

Un axioma que me gusta para sanar este virus es: “No creas en dioses con un pasado conocido, con un supuesto origen”. Esas cartas son las peores, las que buscan plenitud, absoluto y paz en una práctica siempre insatisfecha y aburrida.

El soporte imaginario de plenitud es la gran ficción a desmoronar en el mundo, es el ideal como calumnia al mundo, abortar esta travesía en busca de un destino y respuestas, que hace sus preguntas con la respuestas implícitas que le inducen a una trampa maquinada. San Agustin y su trampa en pregunta: “¿Encuentro por haber buscado, o busco por ya haber encontrado?”. Signos o herramientas instrumentales de hacer en busca del edén, el mundo feliz, útiles al propósito de hacer para ser continuidad que sea capaz de escapar a la muerte de Bataille. El paradigma holográfico es un gran algoritmo, algoritmo como conjunto ordenado y finito de operaciones, que permite hallar la solución de un problema... y mi pregunta: ¿Permite hallar la solución o involucrarse en un problema? Como Sócrates el gran sofista que prometió sacarnos del laberinto en el cual todavía estamos.

En cambio, un soporte real, vacío, zen, que encarna los signos míticos o mejor misteriosos de cada lugar, hace de las prácticas un ejercicio de estar por existir y no hacer para ser parte de esta trampa. Aquí las preguntas están abiertas, latentes, presentes sin respuesta, cuartel o capilla. Las preguntas abiertas generan un soporte real abierto, mágico y encantado. Un reencantamiento del mundo necesario como dijo Morris Berman.

En cambio la cadena de preguntas-respuestas, causas-efectos proyectadas al infinito, a múltiples perspectivas y posibilidades… puede que abra (abracadabra), pero nunca realmente nos llega y entrega de vuelta algo que nos remeza y haga sentir vivos. Estamos sedados de sentir y sobre estimulados de mirar. Pero es así como nos gusta la vida… ¿no?, ser eternos espectadores frente a un monitor de mil ventanas, anónimos seres gloriosos en un trono encapsulado que pareciera ver la totalidad de un mundo que no podemos compartir en carne con nadie.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Necesito tu voz en mi blog

Paz/

Luli dijo...

ANDRÉS: Por favor necesito tu voz en mi blog y la de todos tus Amigos.

Gracias

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
MAYA dijo...

Me atrapo el análisis, es un post para leerlo varias veces. Voy por la segunda. Y si, tendemos a ser espectadores de esas mil ventanas y muchas veces nos vemos incapacitados de salir de nuestras propias cápsulas que son construidas por nuestros temores, frustraciones y paranoias.

Daré una tercera lectura.

Un abrazo,

Maya

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