Morris Berman, expone al final del último libro de la trilogía:
Historia de la Conciencia, cuatro tradiciones, desarrolladas por el autor a
modo de ejemplificar los cambios de postura intelectual desarrollados por el
filósofo L. Wittgenstein a lo largo de su vida.
Uno de los pilares de la tesis
de Berman tiene relación al libro escrito por Ray Monk, quien muestra un
Wittgenstein que replantea su primera visión, pilar de la filosofía analítica,
volviendo de algún modo a la filosofía
continental. La filosofía analítica fue una manera de purgar el afecto, deseo o
pasión del empirismo planteado por David Hume, para instrumentalizar un aparato
de necesidad liberal en la línea de John Rawls o el mismo Adam Smith. Por otra
parte la filosofía continental ha sido
un intento de desenmascarar el racionalismo platónico. Si bien el propio
Deleuze hizo una fuerte omisión de
referirse al trabajo de Wittgenstein en su serie de entrevistas del abecedario,
basa esta crítica en un Wittgenstein temprano y su obra el Tractatus.
Berman plantea un gráfico de cuatro tradiciones, donde establece
ciertos tránsitos entre estas, refiriéndose a un Wittgenstein temprano y uno
tardío. El gráfico además acusa una estructura que resume en cierta medida la
trilogía, indicando los tránsitos y
posiciones de otros autores mencionados a lo largo del relato. Estos tránsitos
señalan la posible movilidad entre dimensiones paralelas a un paradigma
imperante que Berman define como la tradición dominante. Esta primera tradición
dice, se ha instalado como la gran
verdad o paradigma, anulando según el autor
las otras tres tradiciones que llama contra-tradiciones.
El gráfico constituye una manera de revisar los límites de esta
tradición dominante, sin expandirla como un paradigma holístico inclusivo de
más perspectivas o puntos de vista, sino
relativizarlo respecto a un universo mayor inconmensurable de otras tres
tradiciones, verdaderas dimensiones paralelas al universo imperante, que si
bien son ocultadas, según el autor viven latentes hasta hoy en el mundo. La trilogía puede ser entendida
como un intento de desdibujar este prisma unificador de alineamiento colectivo,
de manera que su porosidad, permita la emergencia de tradiciones paralelas, lo
que indicamos anteriormente no significa perspectivas o puntos de vista útiles
a este paradigma unificador.
En la tradición dominante las formas subyacentes en los fenómenos
observados, siempre se expresaban en términos teleológicos, lo que significa
movidos por un propósito o causa final. Este nuevo paradigma de la tradición
dominante más que científico práctico es filosófico mental: construyendo un
espacio mental matemático y geométrico. El control del medio ambiente por
medios mecánicos, es casi tan antiguo como el homo sapiens mismo, pero la
elevación de este control a un nivel filosófico, fue un paso sin precedentes en
la historia del pensamiento humano señala el autor.
Sostiene Berman que la tradición dominante se origina de la primera de
las tres contra-tradiciones, la contra-tradición uno asociada al viaje
hermético del alma. Las doctrinas esotéricas fueron decisivas para la aparición
de esta nueva cosmovisión científica, la tradición ocultista artesanal condujo
al método experimental de la ciencia moderna. Llama a ambas verticales, ya que
tanto a la magia ocultista como la ciencia moderna buscan manipular con ciertas
herramientas el poder de la naturaleza y el cuerpo, para trascender su vacío
como amenaza, y situarlo como representación sobre un “espacio mental
metafórico”. Berman dice que la historia oculta de occidente es una historia
somática, de un cuerpo alineado a este
paradigma reduccionista de la
locura unificadora en busca de una misma causa final. Zoroastrismo mesiánico.
Sin embargo, esta ideología del viaje hermético del alma es según el
autor lo que ha sacado al núcleo somático de escena, pero indica que un buen
anclaje somático nos puede permitir abrazar una ideología, sin sentir por ello
validada la existencia. Así la contra-tradición dos habla de un cuerpo sin
necesidad de ascenso sino un cuerpo encarnado en el mundo, fundamental para el
encuentro con lo que Berman llama la paradoja o contra-tradición tres. Estas
dos últimas contra-tradiciones Berman las llama horizontales, son de alguna
manera complementarias ya que la inmersión y encarnación en el mundo permite la
emergencia de la paradoja. “Una fenomenología de los hechos físicos con un
cierto marco de referencia que les otorga significado”, observó Wittgenstein.
Este marco tiene relación a “como” la mente retiene o no, y no lo que retiene;
tiene relación con su proceso en tránsito y no su paradigma, con su itinerario
y no su mapa o territorio. Tiene
relación a estar en la experiencia de la paradoja de la vida y no hacer por la
revelación de un paradigma salvador mas allá de la vida.
CUADRO ORIGINAL DEL LIBRO:
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