EL PUNTO PERDIDO

De paso yo digo que paso por alto la jambra de cantos alados de sombras salvajes que aguantan el llanto de tanto pasaje profano del ano y absurdo que brota del culo de malos presagios fingidos de asuntos sin culto ni gracia que aguanta infortuna de ansias que anidan los celos del niño que mira de cerca lamentos del tío en conciencia de dioses amables y tristes que dicen del mundo siniestros vestigios que ocultan consultas de un rio encendido de tiernas pasiones de noches y vinos que llegan sin prisa y esconden la brisa que antes amaba y ahora me inhibe la sangre que cargo tan dentro y profundo que nunca un tallero sería de amable decirle a la vida que escuche el suspiro de muertos en vida que lima la veta que nunca ha existido en un diablo que tiñe las viñas con tiñas de olivo del negro no verde el viejo perdido y gracioso que mira las lolas de tantas sin leche y blancas montañas que aguardan la puesta del sol en su espalda que carga la selva de oscuros sonidos que asustan mi calma que no pide salva ni pocas vergüenzas que arrastran la prensa de diarios sin siglas de tiempos reñidos de mañas sin sueños de errantes caídos que envidian un ángel y un vuelo asistido de partos a tiempo de mares en viento que no tienen tregua ni olvido si mi compañero hubiera sentido que el cuento es el suyo y no es compartido por tantos tediosos que sin un sentido trabajan de soles y sin incentivo que corren de compras que quedan sin chivas que cantan en bares poemas perdidos por tantos agentes que no han encontrado la amante que aparte su fe de la mente que espera demente que no se le encienda ni prenda la llama de su osamenta que como yo sienta no es un problema que tenga ni pena y eche al olvido aquellos recuerdos al punto perdido.